Aczino y WOS durante la final de la Batalla de los Gallos Red Bull 2018, llevada a cabo en Buenos Aires. El polémico enfrentamiento tuvo como ganador a WOS. (Foto: Red Bull)
Aczino y WOS durante la final de la Batalla de los Gallos Red Bull 2018, llevada a cabo en Buenos Aires. El polémico enfrentamiento tuvo como ganador a WOS. (Foto: Red Bull)

Así como el germen del rock se desperdigó por el mundo gracias a y "Rock Around the Clock", las batallas de los gallos deben su actual popularidad –además del desarrollo del Internet–, al . La mística que se creó alrededor de la escena final, cuando Rabbit (Eminem) gana un duelo de palabras con el apoyo del público y deja a su rival mudo, caló en la juventud que tiene ahora menos de 30 años. Ellos son quienes ahora llevan la batuta en las competiciones de freestyle.

Después de demostrar su valía, Rabbit (Eminem) pecha a su contrincante.
Después de demostrar su valía, Rabbit (Eminem) pecha a su contrincante.

Por supuesto, la práctica ya tenía varios años en la cultura underground anglosajona. Sus referentes –por lo menos quienes llegaron a trascender la escena hasta convertirse en íconos, como –, sin embargo, generaban cierto rechazo en la escena oficial. No era para menos: las armas y todo lo relacionado con el mundo gángster eran razón suficiente.

Entre esas primeras generaciones y sus incipientes versiones en otros países, y lo que se ve ahora, hay bastante diferencia. Así lo señala "En mi época, el freestyle era demostrar las habilidades de improvisar rápidamente con lo que acontecía en el momento –recuerda–. Te peleabas, sí, pero sin ofender. Era bastante difícil demostrar quién era el mejor porque hablar de la nada durante ciertos minutos e inventar una historia con sentido es más complicado que decirle enano a un chato o gordo a una persona con sobrepeso".

"Entonces no había un ganador necesariamente –agrega Rafomagia–. Estabas en la banca de un parque con 50 personas escuchándote y demostrabas quién era el mejor sin pensar en hacer retretas. Luego de esas jornadas, las personas reconocían quién era el mejor improvisador, el que mejor rapea a doble tempo, y nadie decía: ‘Le partió la madre’. Más que por un galardón, lo hacíamos por diversión y por ser reconocidos en el freestyle nacional".

Hoy por hoy, las batallas de los gallos van hacia otro lado y, por ello, son mal vistas por muchos en el mundo del hip hop. No es un problema con los enfrentamientos per se, porque es claro que las batallas –como las de breakdance– son parte de su esencia. Tiene que ver, más bien, porque estos enfrentamientos han eclipsado y relegado, quizás hasta el olvido, al resto de expresiones de la movida.

"Cuando las batallas empezaron a llamar la atención, sobre todo de los más jóvenes, nos pareció algo muy bueno porque se estaba haciendo algo por el freestyle –afirma Rafomagia–. Pero luego se perdió el camino y allí es donde aparecen las críticas. Están los que dicen que las batallas son el inicio del declive de la movida y pruebas no faltan: estamos viviendo la peor etapa de producción de rap peruano y el panorama no es alentador. Al gran porcentaje del público de las batallas no les interesa la música, y la lógica es la siguiente: si esto fuera parte del hip hop, los conciertos estarían llenos, por lo menos hasta la mitad, pero eso no sucede ni por asomo. A mí, sin embargo, me parece erróneo afirmar algo así, porque el freestyle sí es parte del hip hop. El problema es que las batallas de los gallos han ganado mucho terreno y dos púberes, casi adultos, insultándose a las mamás o a las hermanas no nos representan. El hip hop es otra cosa".

OTRAS MIRADAS
Es verdad que los 'gallos' sí se insultan, pero es preciso anotar que en casi todos los casos, el enfrentamiento termina con una sonrisa, un abrazo o un apretón de manos. En la tarima la zamba canuta, afuera de ella, la amistad.

Pero las críticas son inevitables, sobre todo aquellas que hablan del poco ingenio para crear diatribas. "Hay muchos factores que pueden explicar eso –señala Gerson Cruz, gestor del colectivo Rapstyle–. Al inicio, era un tema de poca práctica y porque era más fácil mentarle la madre al rival y ser aplaudido. Entonces lo que se escuchaba era vulgar. También importa lo que el público pide: un MC puede hacer rimas muy inteligentes, pero si nadie reacciona, lo obligan a rebajarse. El tercer factor tiene que ver con los formatos de improvisación que no exigían mucho. Te daban un minuto libre y no habían filtros".

Ahora, sin embargo, las batallas de gallos han evolucionado y exigen que los competidores hagan rimas más elaboradas. Cruz anota que hay una modalidad en la que te dan un tema o una palabra para desarrollar ya sea para atacar al rival o armar una historia. "La idea es dejar en claro quien tiene más ingenio y se puede ganar sin necesidad de ridiculizar al rival porque está permitido crear una historia sobre ti, el freestyle o de lo que te apetezca".

Otro formato es aquel en el que a los participantes les piden armar una historia con tres palabras aleatorias o con objetos. También está la modalidad de situación, que ya se ha visto en grandes eventos como la Batalla de los Gallos de Red Bull. "Allí se puede plantear –anota Cruz– qué harían si fuesen campeones del evento, presidentes de la República o si estuviesen en una isla y cómo escaparían de ella".

Están también los formatos de grupo, cuya moda debe mucho a que eventos como God Level –que se realizará esta tarde en el Jockey Club– los han integrado. Lo que allí se pide es que los gallos hagan un trabajo individual y de equipo, en los que exploten sus habilidades. "Hay gente que tiene mucho flow, otros que manejan las estructuras –agrega Cruz–, los que juegan con los tiempos, y otros que dominan el ‘punch line’. Para ganar se requiere manejar esas cuatro".

Esto último ha tenido repercusión en Perú: aquí se vienen haciendo muchas competiciones con esa exigencia. Nekroos, Jaze y Choque se han curtido en ese ritmo de batalla y por ello no sorprende que, al día de hoy, lideren la tabla de God Level y sean los favoritos para coronarse, esta tarde, como campeones.

"Ha sucedido lo que normalmente no se espera –acota Rafomagia–. Desde hace algunos años, el freestyle está pasando por los mejores momentos de acogida y, durante todo este tiempo, se notaba que quienes nos representaban en el extranjero, como en casi todas las disciplinas, estaban unos cuantos pasos atrás del resto de países de Latinoamérica. Pero este grupo viene trabajando muchísimo. Más allá si se sienten parte o no del hip hop, se nota un trabajo y una dedicación enorme. Son buenos representantes que están dando la talla y eso se tiene que aplaudir. Lo que están haciendo no es nada fácil".

LA VIDA DESPUÉS DE LAS BATALLAS
La realidad que se vive en el Perú es que cada vez hay menos conciertos de rap. La culpa, de ningún modo, podría caer únicamente sobre las batallas de los gallos. "También son responsables los mismos artistas –señala Rafomagia–, quienes se dejaron ganar terreno".

El asunto tiene que ver, también, con que la mayoría de exponentes de las batallas de los gallos no están interesados en hacer música y cuando varían la dirección de sus carreras, los productos suenan artificiales. El trap, además, parecer ser es un gusto exclusivo de las nuevas generaciones. "Quizás el próximo año a uno de los gallos no le vaya tan bien y deje de sonar. Entonces, mientras vuelve a impulsar su carrera, sacará una canción o se volverá ‘yotuber’ –bromea–. Es por eso que lo que hacen no se siente real ni parte de la movida". No sorprende, por tanto, que muchos no consigan dar el salto.

Vale recordar a Juan José Leyva, gallo trujillano conocido como Jota, quien consiguió el campeonato nacional de la Reb Bull en dos ocasiones. Antes de obtener el subcampeonato internacional de esa misma franquicia, había expresado sus planes de alejarse de las batallas para dedicarse a su música. La promesa se rompería al poco tiempo, y se le volvería a ver en plazas y en competiciones.

¿Existe una mala recepción por parte del público hacia las propuestas musicales de los ex gallos? "Puede que eso sea verdad –afirma Jota–. Hay gente que te sigue por las batallas y otras porque rapeas. A veces sacas temas y la gente te dice ‘oye, buena canción, pero me gustaría verte batallar'”. Aun con eso en contra, el rapero nacional no se amilana. Después de varios singles publicados, él calcula que su disco debut saldrá en febrero del 2020.

Más datos
​-Hoy, en el Jockey Club, se llevará a cabo la última fecha de God Level, liga que tiene al equipo peruano en el primer puesto de la tabla. 
-La Batalla de los Gallos de Red Bull es considerado el evento más importante de freestyle. El peruano que más ha brillado en la tarima es Jota MC, apodo del trujillano Juan José Leyva. Él ostentó en dos ocasiones el título de campeón nacional y en una el de subcampeón internacional. Hoy está dedicado a su música.
-Rafomagia se hizo conocido junto a su grupo Clan Urbano y, desde hace algunos años, conduce Rapperground, programa de radio Filarmonía dedicado a la cultura hip hop.

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