Su voz, del otro lado de la línea, es la de un superviviente: rasposa, afilada, calibrada por la contemplación de un pasado que hubiera llevado a casi cualquier otro mortal a la tumba. Hace 28 años, Steven Adler se encontraba en la cresta de la ola: Guns N’ Roses, banda de la que era baterista, acababa de lanzar su primer disco, “Appetite for destruction”. Este allanó el terreno para que el grupo liderado por Axl Rose se convirtiera en uno de los más influyentes en la década del 90. Para Adler, el desenfreno era parte del desayuno. En 1990, su adicción a la heroína lo llevó al punto de no poder tocar y fue echado del grupo. Ahora prepara la gira con la que su nueva banda, llamada Adler, dará a conocer su primer disco. Se presentará en Lima el 23 de julio. Él está limpio, pero la adrenalina del rock lo mantiene en estado de trance.
¿Cómo marchan los preparativos para la próxima gira por Sudamérica?
Estoy muy emocionado. Tenemos este nuevo disco, “Back from the dead”, y al fin vamos a poder llevarlo de gira por todo el mundo, como en los viejos tiempos. Creo que es la primera vez que el público sudamericano va a poder escuchar estas canciones. Además, el resto de la banda nunca ha tocado en Sudamérica, que es un lugar excelente para rockear. No tienen idea de lo que les espera.
Han pasado dos años desde el lanzamiento del disco. ¿Por qué se ha demorado la gira?
Bueno, sabes que he tenido muchos problemas con el alcohol y las drogas a lo largo de mi vida… y lo cierto es que he seguido teniendo problemas con el alcohol. He necesitado estos dos años para lidiar con eso. Incluso pasé algún tiempo en un hospital… un hospital mental, quiero decir. Ya llevo más de catorce meses sobrio, y he ensayado sin descanso con la banda. ¡Y estamos enfermos de tanto ensayar! Lo que queremos es salir a tocar para la gente.
“Back from the dead” es un disco muy potente, pero distinto a tus trabajos anteriores.
Para mí ha sido algo liberador, porque he tenido mucha libertad para experimentar. Creo que el 90% de todas las cosas que quería hacer con una batería las he hecho en este disco. Además, espero que sirva para mantenerme en contacto con el público joven. Muchos de los que escuchan Guns N’ Roses ya son adultos, y creo que con Adler podemos llegar a otros oídos.
¿Todavía sostienes algún tipo de relación con tus ex compañeros de Guns N’ Roses?
Con muchos de ellos. Me hablo con Slash, con Duff McKagan... Con Axl me encantaría sentarme a tomar un café y conversar. Lo que haya pasado hace 25 años, ¡hay que dejarlo ir! ¡Es cosa del pasado! La gente siempre me pregunta cuándo vamos a hacer una gira juntos, sabes… y la verdad es que me encantaría hacer eso. Slash lo amaría, Duff lo amaría… y Axl, en el fondo, también lo amaría. Por eso digo que me encantaría sentarlos a todos a tomar un café o un té, ¡o lo que sea! ¡Me da igual si quedamos a tomar un maldito milkshake! Estoy seguro de que a todos nos gustaría reunirnos, conversar y, por qué no, tocar, aunque fuera una última gira. Nuestros fans lo merecen, porque les debemos todo.