El grupo teatral Ópalo celebra sus 18 años
El grupo teatral Ópalo celebra sus 18 años

Comenzó por puro amor al teatro y así se ha mantenido durante dieciocho años. Ha pasado todo ese tiempo desde que presentó “Fosca”, su primer trabajo como director, en la sala de su casa. Y sin pensarlo, viajó con esa misma obra al festival de teatro de Sao Paulo. “Eso, más una serie de viajes a provincias que hicimos en los siguientes años con otras obras nuestras, nos marcó y vinculó de una manera muy fuerte y nos ha unido hasta hoy”, comenta emocionado. “En todos estos años hemos pasado por muchas etapas y, sí, es muy bueno hacer un alto en el camino y reflexionar sobre lo ya andado y lo por venir”.

Pero la historia de Jorge Villanueva y Ópalo, su grupo de teatro, no solo está compuesta de entusiasmo y buenas anécdotas. Ha sido también una lucha constante que lo hizo pensar una y otra vez el rumbo que debía tomar. Hubo una época en la que viajaban a Pozuzo u Oxapampa, entre otros lugares, y cobraban 50 céntimos la entrada a escolares para llenar la sala: “Creo que la acumulación de experiencias tan diversas nos ha enriquecido y aportado en nuestro crecimiento, tanto personal como colectivo, ya sea en los viajes a provincias o nuestro tiempo en la AAA. Allí hicimos varios montajes muy arriesgados donde nos jugábamos la vida entera para sacarlos adelante. De hecho, un momento fundamental para nosotros fueron los cinco años que estuvimos en colaboración con  el Goethe Institut y nuestro acercamiento al teatro alemán contemporáneo. Tuvimos la oportunidad de ir a Berlín varias veces y eso fue una confrontación fundamental en nuestra investigación como grupo y como artistas”.

CON LOS PIES EN LA TIERRA

Actualmente, su interés está centrado en obras de autores peruanos y en mantener un repertorio sobre el que puedan volver y revisar. “En cuanto a proyectos inmediatos, el primero de todos es ‘Reinos prestados’, con dramaturgia de Juan Osorio, sobre la vida y obra poética de Jorge Eduardo Eielson, un autor a quien le debemos el nombre del grupo, pues Ópalo viene de un poema suyo”, señala el director. “La idea de tener un repertorio nos entusiasma. Volvemos a nuestras obras cada cierto tiempo y las revisamos, y algunas veces las replanteamos. El  año pasado, por ejemplo, repusimos ‘La noche árabe’ y ‘El dragón de oro’, obras que fueron estrenadas hace cuatro o cinco años. Nosotros no somos una productora, somos un colectivo de artistas escénicos y cada obra es para nosotros parte de nuestra historia, nuestra vida y nuestra voz como artistas que apuestan por hacer teatro en este país. No vivimos de Ópalo ni tenemos que pasar por censuras de ningún tipo, o complacer a alguna empresa auspiciadora. Eso nos da libertad como artistas”.

Ópalo repuso el año pasado “Dragón de oro”, protagonizada por Laura Aramburú.

Sin duda, se trata de una posición que les permite cumplir sus metas. Aunque no todos nuestros artistas puedan decir lo mismo, pues este aparente ‘boom’ del teatro peruano luce más como un espejismo. Jorge es consciente del tema: “Justo ayer leí la entrevista que le hicieron a mi querido amigo David Carrillo. Creo que sus palabras y sinceridad han remecido a toda la comunidad del teatro nacional, y sobre todo a quienes lo conocemos y sabemos de su dedicación y profesionalismo. De hecho, es muy penoso que se cierre un teatro que ha aportado tanto a la escena en estos últimos años. Es una muestra y un síntoma de que la cosa no anda nada bien para nuestro teatro. Sin embargo, eso no debe desmerecer ni opacar la valiosa apuesta de tantos grupos independientes ni de colegas que mantienen teatros a base de la taquilla. Es más que admirable y titánico. Merecen ser los que ocupen las centrales de los diarios en la sección Cultural, ya que dedican su vida, su dinero y su tiempo, a veces sin subvenciones, para contribuir con la cultura y el arte en nuestro país”.

LOS RETOS INMEDIATOS

El 2017 arranca con proyectos muy concretos para Jorge Villanueva. Primero, con un taller dirigido a actores profesionales y también a estudiantes de actuación que hayan pasado por una formación previa en escuelas o talleres. “En el taller hacemos una revisión de aspectos técnicos, tanto de actuación como del entrenamiento psicofísico y trabajamos para potenciar la creatividad de cada participante en la creación escénica”, explica. “Al final terminamos con un trabajo de creación colectiva en el que están contenidos todos los puntos trabajados. El motivo por el que el taller está dirigido a actores con experiencia es porque buscamos sistematizar la técnica de cada participante, pero, al mismo tiempo, deconstruirla para generar un incremento en su registro actoral. Un laboratorio donde cada participante se confronte con su material, su historia y su propuesta artística”.

En cuanto a su propia carrera como director y actor, Villanueva participará activamente en las celebraciones de los 100 años de la Pontificia Universidad Católica del Perú, su alma máter: “Tengo el encargo de dirigir un montaje en setiembre. Asimismo, tenemos la misión, al lado de un gran equipo, de seguir consolidando la nueva Facultad de Artes Escénicas. Un sueño que tiene más de 54 años de gestación, el tiempo que tiene de fundado el Teatro de la Universidad Católica. Por último, voy a volver a actuar en un proyecto enorme y muy hermoso. Como parte de las celebraciones del centenario, se volverá a hacer el auto sacramental ‘El gran teatro del mundo’, dirigido por Luis Peirano, y tengo la gran responsabilidad de interpretar al Pobre. Así que se viene un año lleno de retos y grandes proyectos”.

MÁS INFORMACIÓN

VIII Taller de Ópalo: del 25 de enero al 25 de noviembre del 2017. Informes: los interesados deben mandar un correo a opalotalleres@gmail.com para inscribirse y participar en las audiciones  que constan de un trabajo individual, una entrevista y una sesión grupal de entrenamiento psicofísico.

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