
Al ver “Nuestros tiempos” en Netflix, no imaginé que esta producción mexicana me iba a tocar tan profundamente. Es una historia con viajes en el tiempo, ciencia y una buena dosis de comedia romántica, pero lo que realmente me atrapó fue su humanidad. Más allá de la física y las paradojas temporales, la película habla de lo que significa amar, avanzar y, sobre todo, elegir. Pero también en cómo ese amor puede ser tan fuerte que perdura a través de los años
En el corazón de esta historia están Nora y Héctor, dos físicos brillantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1966, quienes no solo compartían un laboratorio, sino una vida. Y cuando su experimento de viaje temporal los lleva accidentalmente al 2025, lo que parecía un avance científico se transforma en una experiencia que los obliga a cuestionar todo: su relación, sus creencias y el lugar que ocupan en el mundo.

FINAL EXPLICADO DE “NUESTROS TIEMPOS”
¿Qué pasó realmente con Nora y Héctor?
Nora y Héctor solo querían avanzar 15 minutos en el tiempo para comprobar que su máquina funcionaba, pero un error los catapultó 59 años al futuro. Desubicados, confundidos, pero también fascinados, terminan en una Ciudad de México irreconocible en 2025, donde los celulares parecen artefactos de ciencia ficción y los valores sociales están completamente trastocados. Lo que sigue es una especie de choque cultural y existencial, donde los avances tecnológicos compiten con los cambios de mentalidad.
Aunque su primera reacción fue intentar volver, la ayuda inesperada de Julia, una científica moderna que fue alumna de Nora, cambia el rumbo. Ella no solo les cree, también los apoya para reconstruir la máquina. Pero mientras Nora empieza a brillar en un mundo donde por fin se le reconoce su capacidad, Héctor comienza a sentirse cada vez más desplazado.
¿Por qué Héctor no pudo adaptarse?
Este fue uno de los giros más crudos de la película. Mientras Nora se emocionaba con los avances del feminismo, las libertades sexuales y la posibilidad de ser tomada en serio como científica, Héctor se resistía. Su masculinidad tradicional no encajaba con el presente, y en lugar de adaptarse, se ancló en la nostalgia. Incluso llegó al punto de sentirse invisible frente al reconocimiento que su amada estaba recibiendo. Su inseguridad lo llevó a hacer cosas hirientes, como interrumpirla durante una conferencia o quejarse públicamente del “nuevo rol de los hombres”.
Fue un momento muy incómodo, pero también muy real. A veces, amar a alguien no significa poder crecer juntos. El futuro ofrecía a Nora un lugar para florecer, y a Héctor, un espejo en el que no quería mirarse.

¿Por qué Héctor decidió dejar a Nora?
Héctor pensaba que, sin importar lo que pasara, volverían juntos al pasado. Pero Nora tenía otros planes. Descubrió que su hermana había muerto intentando encontrarla tras su desaparición, y esa culpa la hizo cuestionarse todo. Quería quedarse en 2025, avanzar en su carrera y aprovechar las oportunidades que en los 60 simplemente no existían para una mujer como ella. Para él, eso fue como una traición; para ella, fue un acto de libertad.
La decisión fue dolorosa para ambos. Héctor regresó solo al pasado, dejando una carta en la que finalmente reconocía que no podía acompañarla en ese mundo, pero que admiraba todo lo que ella era. Fue un cierre agridulce que me dejó con un nudo en la garganta.
¿Qué pasó con Nora después de que Héctor se fue?
Nora, devastada pero decidida, eligió quedarse. Con el apoyo de Julia y su nuevo entorno, reconstruyó su máquina del tiempo y también su vida. Se convirtió en una figura clave en la comunidad científica, recibió premios y por fin tuvo el reconocimiento que siempre mereció. Me gustó mucho cómo la película mostró que, aunque dolida, no se quedó estancada en el duelo.
Treinta años después, finalmente construyó una nueva máquina y viajó a 1996 para reencontrarse con Héctor. Fue su forma de cerrar el ciclo, de no dejar que el tiempo —literalmente— definiera su amor.
Ese reencuentro fue uno de los momentos más bonitos del cine latinoamericano reciente. Nora llega a 1996, y Héctor no lo puede creer. Lo que vemos no es una pareja que olvida sus diferencias, sino dos personas que se aceptan como son y entienden que, aunque caminaron caminos separados, su amor sobrevivió al tiempo. Literalmente.
No se sabe con certeza qué hizo Héctor durante todos esos años, ni si reveló la existencia del viaje en el tiempo, pero la película no se enfoca en eso. Lo importante es el mensaje: a veces hay que soltar para reencontrarse desde otro lugar.
¿Qué simboliza el final de “Nuestros tiempos”?
Para mí, Nuestros tiempos no es una película sobre ciencia ficción. Es una historia sobre evolución personal. Sobre lo difícil que es cuando una relación se transforma, y cuando tus caminos, aunque alguna vez estuvieron perfectamente alineados, toman rumbos distintos.
El final simboliza que el amor verdadero no siempre significa estar juntos todo el tiempo, sino desear que el otro crezca, aunque eso implique alejarse. El reencuentro entre Nora y Héctor no es solo un regreso romántico: es la confirmación de que ambos eligieron sus caminos sin arrepentirse.

TRÁILER DE “NUESTROS TIEMPOS”

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