El final de la temporada 7 de “Outlander” dejó a muchos fanáticos de la serie, y especialmente a los lectores de las novelas de Diana Gabaldon, con la boca abierta. Esta entrega, que ha seguido las aventuras de Claire y Jamie Fraser por diversas épocas, presentó un desenlace que dista significativamente de los eventos narrados en los libros. En particular, la producción tomó un rumbo inesperado al cambiar el destino de la hija de los Fraser, Faith, un personaje cuyo destino original había marcado un hito emocional en los seguidores de la saga literaria. Estos cambios inesperados no pasaron desapercibidos y generaron un amplio debate sobre las diferencias entre el material original y su adaptación televisiva.
En el episodio final, la pequeña Faith, quien en los libros muere poco después de su nacimiento, es presentada de una forma muy distinta en la serie. No solo sobrevive, sino que el personaje del Maestro Raymond, quien había tenido un papel secundario en la temporada 2, juega un rol crucial en este cambio. Este acontecimiento, que no tiene lugar en la saga literaria, generó una gran sorpresa tanto entre los fanáticos como entre los propios creadores del programa, incluidos la autora, Diana Gabaldon, y los productores del programa. La creadora del material literario, en una reciente entrevista con Parade, compartió sus pensamientos sobre esta modificación y otros detalles importantes que los encargados decidieron agregar en el final de esta temporada.

LA OPINIÓN DE DIANA GABALTON SOBRE EL FINAL DE LA TEMPORADA 7 DE “OUTLANDER”
En cuanto a las diferencias entre la serie y los libros, Gabaldon dejó claro que el final de la temporada 7 no sigue la línea argumental de sus novelas, salvo en ciertos detalles como el nombre de la madre de Fanny, quien en la ficción televisiva se llama Faith. “Ninguna parte del final es de los libros, salvo que el nombre de la madre de Fanny era Faith”, explicó, refiriéndose a un cambio significativo que implica a la hija de Claire y Jamie. En los libros, Fanny muestra a Claire un relicario que contiene una imagen de la pequeña Faith, lo que también se vio reflejado en la serie, aunque en un contexto ligeramente diferente.
Uno de los aspectos que más sorprendió a Gabaldon fue la forma en que los productores decidieron incluir al Maestro Raymond en la trama. Aunque este personaje juega un rol mucho más amplio en la serie que en los libros, la autora reconoció que los guionistas hicieron un ajuste interesante al hacer que Raymond tuviera algo que ver con la misteriosa supervivencia de Faith. También comentó sobre la forma en que la producción resolvió la aparición del Maestro Raymond en el final, señalando que “podrían haber hecho una visita más convincente del Maestro Raymond con efectos especiales borrosos, en lugar de simplemente verlo atravesar la puerta y quedarse allí parado”.
La autora también reflexionó sobre las limitaciones que implica trasladar una historia de libros a la pantalla pequeña, mencionando que, en muchos casos, lo que es fácil de lograr en una novela es complicado y costoso en un medio visual. “Un libro es una forma notablemente útil y económica de contar una historia. Estoy de acuerdo en que el final es absolutamente extraño, en parte debido a que evidentemente agotaron su presupuesto”, comentó Gabaldon, refiriéndose a la diferencia de recursos y posibilidades entre ambos formatos. A pesar de las críticas sobre el uso de efectos especiales, la autora aclaró que es comprensible que las decisiones sobre cómo presentar ciertos eventos en la serie deban adaptarse a la realidad del medio televisivo.
Además, Gabaldon compartió que la idea sobre la resurrección de Faith, llevada a cabo en la serie con la intervención del Maestro Raymond, fue algo que ella misma mencionó al showrunner en una conversación. “Cuando conversé con Matt Roberts sobre la trama de All Things, mencioné que, si hubiera escrito una segunda novela gráfica, habría mostrado lo que realmente sucedió después de la presunta muerte de Faith en el Hospital des Anges”, explicó la autora. Esta idea fue bien recibida por el equipo creativo y se incorporó en la trama de la ficción, aunque dejó claro que no fue un evento de los libros.
Gabaldon también reconoció el desafío de adaptar una historia tan extensa como “Outlander” a una serie de televisión. La séptima temporada combina elementos de dos de sus novelas, “An Echo in the Bone” y “Written in My Own Heart’s Blood”, que juntas suman más de un millón de palabras. “Es sorprendente que sean capaces de hacer un programa comprensible utilizando no más del 20 por ciento de la versión en libro de la historia”, comentó, destacando lo difícil que es condensar toda la riqueza narrativa de sus libros en los 16 episodios.
Finalmente, Gabaldon dejó entrever que, aunque la octava temporada será la última de la serie, aún queda mucho por contar en el universo de “Outlander”. La autora también adelantó que la precuela “Outlander: Blood of My Blood”, que se estrenará este verano en los Estados Unidos, podría profundizar más en la historia de personajes secundarios, como el Maestro Raymond, quien podría tener un papel más relevante en futuras narrativas derivadas de la saga. Sin embargo, de momento, los fanáticos deben esperar para ver cómo se cierran las tramas de la familia Fraser en la octava temporada.

Bachiller en Periodismo de la Universidad Jaime Bausate y Meza. Con siete años de experiencia en medios de comunicación escritos, tanto en ediciones impresas como digitales. Actualmente redacto para el Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.