
Las alarmas se encendieron cuando hace algunos días se reportó que el asteroide 2024 YR4 tenía una remota posibilidad de colisionar con la Tierra en diciembre de 2032. Sin embargo, la NASA ha actualizado su reporte y ha incrementado la posibilidad de que la gigante roca se estrelle con el planeta.
El 27 de diciembre de 2024, este asteroide fue captado por el ATLAS (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides). Poco después de su descubrimiento se alertó que, a diferencia de cientos de asteroides que pasan cerca de nuestro mundo sin causar daños, 2024 YR4 sí tenía una probabilidad pequeña de impactar con la Tierra.
En un inicio el riesgo de impacto era de 1,2% y luego pasó al 2,3%. El riesgo disminuyó a 2% y se pensó que podría ser ese ritmo y dejar de ser una amenaza. No obstante, la más reciente actualización del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA ha indicado que el riesgo de colisión ha trepado a 3.1%.
Hasta ahora, ESA mantiene a 2024 YR4 en el nivel 3 de la escala de Turín. El nivel 10 es el máximo para un impacto catastrófico.

Lo que hace de que sea una amenaza es que el asteroide 2024 YR4 tiene un diámetro aproximado de 55 metros, de acuerdo a los actuales cálculos. La Agencia Espacial Europea recuerda que un asteroide de este tamaño impacta en promedio cada pocos miles de años y podría causar daños graves en una región local.
Se calcula que un asteroide de similares dimensiones se estrelló hace 50,000 años en lo que hoy es Arizona y acabó con la vida a 2.5 millas a la redonda.

Debido al tamaño y la probabilidad de impacto, Naciones Unidas activó el protocolo de Defensa Planetaria. En un primer paso, todos los telescopios terrestres con la Red Internacional de Advertencia de Asteroides tienen la mira en 2024 YR4 con el objetivo de obtener toda la información que puedan a fin de poder definir con mayor detalle el riesgo de impacto. Las observaciones seguirán hasta abril. Luego solo el Telescopio Espacial James Webb de la NASA y ESA podrá observar al asteroide, pero tampoco por mucho tiempo más. Se le perderá de vista a mediados de año hasta 2028 cuando por su órbita regrese a los alrededores de la Tierra. Es probable que con más data recopilada, la probabilidad de impacto disminuya.











