Una de cada ocho personas en el mundo son obesas, se calcula que 2500 millones de adultos tienen sobrepeso y más de 160 millones de niños y adolescentes padecen de obesidad, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo de las Naciones Unidas explica que la obesidad es una enfermedad crónica que “se define por una acumulación excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Y es que enfermedades como la diabetes tipo 2, cardiopatías y hasta determinados tipos de cáncer están relacionados con la obesidad.
Mira también:
Por este motivo, no resulta extraño que millones de personas en todo el planeta busquen cómo bajar de peso o disminuir centímetros de cintura con infusiones o alimentos a evitar para adelgazar; en tanto los científicos exploran cuáles son las dietas más efectivas para lograrlo o si las aplicaciones en los smartphones son exitosas en esta lucha.
Ahora, un estudio publicado en Obesity Science and Practice, con financiamiento del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería del Instituto Nacional de Salud de ese país, da nuevas luces sobre cómo luchar contra la obesidad y el sobrepeso de manera exitosa.
En esta investigación se desarrolló un programa de educación alimentaria autodirigido llamado Mejora de la Dieta Individualizada (iDip, por sus siglas en inglés) y se observó quienes fueron los que mayor pérdida de peso consiguieron. Se utilizaron herramientas de visualización de datos y sesiones intensivas de educación para aumentar el conocimiento de los participantes sobre los nutrientes clave, lo que les permite crear un plan de pérdida de peso personalizado, seguro y eficaz, indicó Manabu T. Nakamura, profesor de nutrición en la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y líder de la investigación.
Mira también:
Quiénes lograron perder más peso y por qué
En un periodo de 25 meses aquellos que consumieron una mayor cantidad de proteínas y fibras fueron los que más bajaron de peso, de acuerdo con el estudio. Asimismo, la personalización y flexibilización también fueron claves a la hora de diseñar los planes alimenticios que los participantes pudieran cumplir.
Al año, los que lograron hacer dieta con éxito (41% de los participantes) habían perdido el 12,9% de su peso corporal, en comparación con el resto de la muestra del estudio, que perdió un poco más del 2% de su peso inicial.
“La flexibilidad y la personalización son clave para crear programas que optimicen el éxito de los participantes en la dieta para perder peso y mantenerlo”, sostuvo Nakamura. “Se debe lograr un cambio dietético sostenible, que varía de persona a persona, para mantener un peso saludable. El enfoque iDip permite a los participantes experimentar con varias iteraciones dietéticas, y el conocimiento y las habilidades que desarrollan mientras pierden peso sirven como base para un mantenimiento sostenible”, agregó.
La clave del éxito del Programa de Mejora de la Dieta Individualizada
Nakamura destaca cuáles son los puntos más importantes para la pérdida de peso siguiendo el iDip:
- Mayor consumo de proteína
- Mayor consumo de fibras
- Consumir alrededor de 1,500 calorías diarias o menos
Partiendo de los alimentos que consumían habitualmente, los participantes crearon un plan individualizado, aumentando la ingesta de proteínas a unos 80 gramos y el consumo de fibra a unos 20 gramos diarios.
Al hacer un seguimiento de los hábitos alimentarios de los participantes y de sus pesos con básculas con conexión Wi-Fi, el equipo encontró fuertes correlaciones inversas entre los porcentajes de fibra y proteína ingeridos y la pérdida de peso de los participantes.
“La investigación sugiere que es necesario aumentar la ingesta de proteínas y fibra y, al mismo tiempo, reducir las calorías para optimizar la seguridad y la eficacia de las dietas para bajar de peso”, explicó la primera autora y ex alumna de la Universidad de Illinois, Mindy H. Lee, entonces estudiante de posgrado y dietista-nutricionista registrada del programa iDip.
El perfil de los participantes del programa: adultos de entre 30 y 64 años y con comorbilidades
Un total de 22 personas que se inscribieron en el programa lo completaron, incluidos nueve hombres y 13 mujeres. La mayoría de las personas que hicieron dieta tenían entre 30 y 64 años. Los participantes informaron que habían hecho dos o más intentos previos para perder peso.
Los participantes del programa también tenían una variedad de comorbilidades: el 54% tenía colesterol alto, el 50% tenía problemas esqueléticos y el 36% tenía hipertensión y/o apnea del sueño. Además, las personas que hicieron dieta informaron diagnósticos de diabetes, enfermedad del hígado graso no alcohólico, cáncer y depresión, según el estudio.
Las siete personas que hicieron dieta que informaron que se les había diagnosticado depresión perdieron significativamente menos peso: alrededor del 2,4% de su peso inicial en comparación con las que no tenían depresión, que perdieron el 8,39% de su peso inicial. El equipo descubrió que la pérdida de peso no difirió significativamente entre los participantes con otras comorbilidades, o entre los participantes más jóvenes y mayores o entre hombres y mujeres.
En general, los participantes del programa redujeron su masa grasa de una media de 42,6 kilogramos al principio del programa a 35,7 kilogramos a los 15 meses. Asimismo, redujeron su cintura unos 7 centímetros a los seis meses y un total de 9 centímetros a los 15 meses.
Los primeros tres meses son clave para perder peso
Nakamura sostuvo que hay una fuerte correlación entre aquellos que pudieron lograr bajar de peso significativamente y los que no. “La fuerte correlación sugiere que los participantes que pudieron desarrollar cambios dietéticos sostenibles en los primeros tres meses siguieron perdiendo peso en los meses siguientes, mientras que aquellos que tuvieron dificultades para implementar patrones dietéticos sostenibles al principio rara vez lograron cambiar su dieta en los meses posteriores”, indicó.
El equipo planteó la hipótesis de que esta correlación también podría haber estado asociada con el éxito temprano de la pérdida de peso de algunas personas que hicieron dieta, lo que puede haber reforzado su motivación y adherencia al programa.