El viento sopla con fuerza y el barco se escora; su casco apenas roza el agua. "Parece una alfombra voladora", cuenta el navegante francés Alain Thébault, dispuesto a romper próximamente el récord entre Los Ángeles y Honolulu.

Su embarcación es una nave espacial de los mares bautizada con el nombre de Hidróptero, un concepto griego compuesto por las palabras agua y ala.

Se trata de un trimarán de 18,28 metros de eslora fabricado con materiales tan ligeros como el carbono que, literalmente, vuela sobre el agua.

En 2009 logró batir el récord de velocidad de un velero al navegar a más de 50 nudos -92,6 km/hora-. Ahora quiere plantarse en la capital de Hawái, un conjunto de islas estadounidenses en el Pacífico, 4 días, 19 horas y 31 minutos, la marca establecida en 2005 por el también francés Olivier de Kersauson.

"Queremos este récord", cuenta Thébault, timón en mano, a la AFP. "La primera dificultad que tendremos que superar es mantener la estructura (del barco). Ya hemos ido a más de 100 km/hora, pero sobre mar llano", explica.

Su equipo, formado por otras cinco personas -entre ellas James Spithill, ganador de la última Copa América de vela-, espera las condiciones meteorológicas idóneas para comenzar la travesía.

Por ahora todo indica que ese momento llegará a principios de junio, cuando las estrellas estén más alineadas y la luna llena garantice una mayor visibilidad para la navegación nocturna.

Además, todos cruzan los dedos para que el viento cumpla con su parte del trato y empuje las velas.

Mientras llega ese día, las costas de San Pedro y Long Beach, dos localidades al sur de Los Ángeles (California, oeste), son testigos de los ensayos y la última puesta a punto.

TRES AÑOS DE ESFUERZO

Este desafío le ha salido muy caro a Thébault, de 52 años, al punto que ha tenido que vender su casa para poder costear los gastos del proyecto.

La fundación del príncipe Alberto de Mónaco y el Instituto Oceanográfico Paul Ricard (situado al sur de Francia) también se sumaron financiando la última parte del plan.

Pero, ¿cuánto vale un Hidróptero? "Veinte años de pasión", responde con una sonrisa.

Más allá del récord, el Hidróptero -cuyas aventuras pueden seguirse en el sitio www.hydroptere.com- quiere aprovechar su recorrido para registrar información sobre el estado medioambiental del Pacífico.

Concretamente, la idea es grabar la isla de la basura, esta gran mancha de desechos plásticos que se han acumulado en medio del océano y que ya alcanza el tamaño del estado de Texas.

IMITACIONES

El Hidróptero hizo su bautizo de mar en 1994 de la mano de Thébault y su mentor, el fallecido Eric Tabarly, toda una eminencia en el mundo de la navegación francesa.

Desde entonces le han salido imitadores como el Flying Phantom, el GC32 y el SL33, estos dos últimos veleros de competición.

Sin apenas haber logrado su objetivo, Thébault ya está embarcado en otro proyecto para poder navegar cuatro veces más rápido que a la velocidad del viento, es decir "a entre 80 y 100 nudos" -entre 150 y 180 km/hora-.

"Cuando tengo una idea, voy a ver a un ingeniero. Con nosotros trabajan cuatro personas que estuvieron en los fabricantes aeroespaciales Dassault y Airbus", afirma.

La línea entre el mar y el espacio se desdibuja en la mente de Thébault.

Fuente: AFP

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