Desde el domingo 19 la tensión diplomática entre España y Argentina no ha hecho más que empeorar. El presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez decidió este martes retirar definitivamente a su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso, en vista de la negativa del mandatario argentino, Javier Milei, a dar unas disculpas públicas tras el discurso pronunciado en Madrid, en el cual hizo alusión a Sánchez y a su esposa Begoña Gómez.

En estos momentos la relación entre ambas naciones continúa, entonces, solo a nivel de encargados de negocios. Para José Manuel Albares, ministro de Asuntos Exteriores de España, se trata de un conflicto bilateral que “no es solamente único para este gobierno, sino único en la historia de las relaciones internacionales”, aunque matizó diciendo que “la colaboración es siempre más poderosa que la confrontación”.

A la espera de lo que ocurra en los siguientes días y semanas, repasamos otras situaciones en las que el Gobierno Español tuvo que afrontar crisis con estados de América Latina.

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Última opción

¿España y Argentina están al borde de la ruptura de relaciones? Sería exagerado decir eso, pero es cierto que en estos momentos ninguno de los dos quiere dar su brazo a torcer y ambos exigen disculpas o rectificaciones públicas del otro para que las aguas vuelvan a su cauce. Por ahora, la nación europea ha dejado de tener embajador en el país sudamericano. Es verdad que últimamente España ha sido poco partidario de llamar a consultas a sus embajadores, incluso a pesar de cortocircuitos serios con Marruecos, Argelia o Israel.   

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La boca de Maduro

Hasta esta crispación con Argentina, España solo había recurrido a esta figura dos veces en los últimos 10 años, curiosamente ambas también con países latinoamericanos: Venezuela y Nicaragua. En abril del 2016, Madrid llamó a su embajador en Caracas por los “intolerables insultos” del presidente venezolano, Nicolás Maduro, al entonces jefe del Gobierno Español, Mariano Rajoy. El líder chavista lo tildó de “racista y basura corrupta colonialista”. Un año antes Maduro había acusado al gobierno español de ser parte de una conjura internacional para derrocarlo.  

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Lío con Ortega

En agosto del 2021, España requirió la vuelta a su embajadora en Managua después de que el Gobierno Nicaragüense dijera que el país europeo carecía de “autoridad moral” y lo acusara de “falacias, encubrimiento, crímenes de odio y lesa humanidad” en ese lenguaje tan propio de la dictadura orteguista. Dos años antes, el régimen de Daniel Ortega había impedido hasta tres veces la visita de un alto funcionario español al pequeño país centroamericano. 

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Distinto color

Hoy la pugna de España es con un gobierno latinoamericano de signo ideológico antagónico al de los dos anteriores con que tuvo encontronazos. Veremos si igualmente se acaba disipando o llega al rompimiento de relaciones diplomáticas, cosa que ocurrió por última vez para España hace más de 40 años, en febrero de 1980, con Guatemala. Se debió a que fuerzas de seguridad de es país asaltaron la embajada española, ocupada por obreros y campesinos que protestaban contra el Ejército, y ello derivó en un incendio en que fallecieron 39 personas. 

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