Beijing. Un miembro del gobierno local de Shenzhen, una ciudad del sur de China se suicidó una semana después de que decenas de personas quedaran sepultadas y dadas por muertas en un alud de escombros en la ciudad, indicó la policía.
La policía de la ciudad comunicó que el director de la oficina de gestión del parque industrial de Guangming se suicidó lanzándose al vacío. Además, en la jornada de hoy han sido detenidas 12 personas en relación con la tragedia, entre ellas funcionarios y trabajadores del vertedero de escombros.
De acuerdo con la agencia oficial Xinhua, el oficial, apellidado Xu, murió en la noche del domingo y la Policía ha descartado que se trate de un homicidio. Se desconoce por ahora si el funcionario que se ha quitado la vida estaba siendo investigado
El 20 de diciembre, una montaña enorme de escombros de construcciones se derrumbó y hasta la fecha se han rescatado siete cadáveres y más de 70 personas siguen desaparecidas. El deslave enterró 33 edificios.
Las autoridades de China consideran que es improbable encontrar supervivientes. Antes, los medios estatales habían señalado que la catástrofe se podría haber evitado.
El sábado, en una ceremonia de homenaje a las víctimas del desastre, el principal responsable de seguridad laboral del país, Yang Huanning, prometió una profunda investigación del alud y "graves castigos" a quienes fueran responsables de él.
Las primeras investigaciones atribuyen el desastre al uso descontrolado de una cantera en las inmediaciones del parque industrial como depósito de escombros y desechos de obras de la ciudad.
En enero pasado, el informe de la administración local ya advirtió de una posible tragedia porque la montaña de residuos era demasiado alta y escarpada. Según los residentes, poco antes del accidente un camión depositó así de nuevo escombros.
El domingo, según los medios estatales, el propietario de una mina de yeso en el este del país se suicidó después de que colapsara la mina. En la mañana de hoy 17 trabajadores seguían desaparecidos.
En China se imponen fuertes penas de cárcel a gerentes y funcionarios considerados responsables de tragedias por falta de seguridad.
Shenzhen, vecina a Hong Kong, es una de las urbes chinas que ha experimentado un crecimiento más vertiginoso en las últimas décadas, lo que ha dado lugar a problemas de gestión de los residuos de esas obras, como han reconocido responsables municipales.
El viernes, 24 de diciembre, se produjo otro derrumbamiento en China, en ese caso en una mina de yeso de la provincia oriental de Shandong, y dos días después se informó de que el responsable de esa explotación también se había suicidado, en su caso lanzándose al agua donde murió ahogado.
Diecisiete mineros siguen atrapados en ese segundo accidente, en el que fueron rescatadas otras once personas y al menos se confirmó la muerte de uno de los trabajadores.
Fuente: DPA/EFE