(Foto: Reuters)
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Gisella López Lenci

La relación entre y es compleja y contradictoria. Desde 1997, cuando dejó de ser colonia británica para convertirse en una Región Administrativa Especial de China, entre ambos territorios ha primado el recelo, la desconfianza, así como la admiración y un sentido de pertenencia.

A diferencia de China continental, en esta isla convertida en un poderoso enclave económico, se habla inglés, el uso del Internet es libre, los medios de comunicación son independientes y se puede cuestionar abiertamente al Partido Comunista chino. En resumen, se respira una especie de democracia que no existe en el gigante gobernado por Xi Jinping.






¿Por qué ambos territorios han tenido destinos diferentes?

Hong Kong regresó al control chino en 1997 luego de ser colonia británica desde 1841 cuando fue ocupada por el Reino Unido al final de la Primera guerra del Opio.

A partir de entonces, Hong Kong ha sido gobernada bajo el principio "Un país, dos sistemas", un modelo administrativo especial que consiste en el mantenimiento de un sistema económico capitalista (heredado del Reino Unido) bajo la soberanía de un país con ideología oficial comunista.

La Ley Básica es el marco legal que rige al territorio y asegura un alto grado de autonomía en todas las materias, a excepción de las relaciones exteriores y la defensa.

(Foto: AP)
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¿Por qué Hong Kong se convirtió en colonia británica?

La anexión británica de Hong Kong se dio en 1842, al final de la Primera Guerra del Opio, un conflicto entre China y Gran Bretaña ocurrido entre los años 1839 y 1842.

El desencadenante fue la introducción en China del opio, una sustancia estupefaciente que se obtenía de cultivos en la India, que era administrada por los británicos.

El opio permitió equilibrar la balanza comercial, pues en esos años el Reino Unido importaba casi todo su té de China (crisis que también se desencadenó tras la independencia de sus colonias norteamericanas).

Los británicos no lograban introducir algún producto que fuera de interés para los chinos, por lo que la Compañía Británica de las Indias Orientales decidió venderles opio, que pronto provocó el descontento del imperio chino debido a la rápida adicción entre la población.

La droga fue rápidamente prohibida en China, pero los británicos empezaron a contrabandearla. En 1839 fueron confiscados unos 20.000 cofres con opio, por lo que Londres envió un ejército que en pocos años derrotó completamente a las fuerzas chinas y obligó al emperador Qianlong a firmar la paz, en condiciones totalmente desfavorables para los chinos.

Así, en el Tratado de Nanking se obligaba a China al libre comercio -el del opio incluido- con Inglaterra, a través de cinco puertos (entre ellos Cantón) así como a la cesión de la isla de Hong Kong, que luego se convirtió en un alquiler gratuito por un período de 99 años, plazo que vencía en 1997, cuando debía volver a China.

El retorno a China

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Las negociaciones para el retorno de Hong Kong comenzaron en 1982, cuando ya China había empezado su período de apertura. Sin embargo, durante el siglo XX Hong Kong se había convertido en uno de los principales centros financieros y comerciales del mundo, por lo que su regreso a China continental no podía ser abrupto, teniendo en cuenta que había generaciones de hongkoneses que no se reconocían como chinos y que defendían férreamente sus libertades.

Además, el sistema político en Hong Kong tampoco podía ser más diferente que el modelo comunista de la República Popular China, en donde impera un sistema de partido único desde 1949.

En reconocimiento de esas diferencias, China accedió a gobernar Hong Kong desde 1997 bajo el principio "Un país, dos sistemas", comprometiéndose a que el territorio disfrutaría de un "alto nivel de autonomía, excepto en defensa y relaciones exteriores" por los siguientes 50 años.

Así, en la práctica, esta Región Administrativa Especial tiene su propio sistema legal, varios partidos políticos y derechos que incluyen la libertad de expresión y reunión. Sin embargo, aún no pueden elegir a su propio gobierno y aún no cuentan con comicios libres, algo que es exigido continuamente por la sociedad civil.

La Ley Básica garantiza que las autoridades chinas no pueden reprimir el disenso en Hong Kong con la misma fuerza y tan directamente como lo hacen en el territorio continental. Según "The New York Times", Beijing ha recurrido entonces a erosionar la independencia de las instituciones hongkonesas de otros modos, como hacer presión para que se hagan modificaciones en ciertas leyes que les permita tener más incidencia en el gobierno de la isla.

(Foto: Reuters)
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¿Que pasará en el 2047?

La autonomía de Hong Kong no será para siempre. En el año 2047, el territorio regresará al control total de Beijing, pues a partir de esa fecha China ya no estará obligada a mantener las libertades acordadas con el Reino Unido para el traspaso.

Algunos creen que Hong Kong debería buscar la independencia, pero China no está dispuesta a considerar esa opción. Lo que significa que las posibilidades incluyen desde una extensión del estatus especial a la pérdida completa de autonomía.

Y con una nueva generación cada vez más politizada, la mayoría de los observadores predicen una dura batalla política por el futuro de Hong Kong.

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