Hassan Rohani dice que Irán no busca una guerra con Estados Unidos, pero dará una “respuesta aplastante” es atacado. (AP).
Hassan Rohani dice que Irán no busca una guerra con Estados Unidos, pero dará una “respuesta aplastante” es atacado. (AP).
Redacción EC

Teherán. El presidente de , , aseguró hoy que su país quiere mantener en pie el acuerdo nuclear del 2015 y que no iniciará una guerra con .

"No iniciaremos ninguna guerra en la región ni contra Estados Unidos ni contra nadie, pero si se lanza una guerra contra nosotros, daremos una respuesta aplastante", dijo Rohani tras reunirse con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, de visita oficial en Teherán.




Sobre el acuerdo nuclear, del que Estados Unidos se retiró el año pasado, Rohani explicó que la suspensión de algunos de sus compromisos el pasado mayo es acorde al artículo 36 de texto y que, pese a ello, los iraníes están "interesados en continuar" con el pacto.

Lograr una distensión entre Teherán y Washington es el objetivo del histórico viaje a Irán de Abe, el primer jefe de Gobierno nipón en 41 años en visitar el país, desde antes del triunfo de la Revolución Islámica.

Su visita ya fue anticipada extraoficialmente a finales de mayo, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo en Tokio que Abe podría ejercer sus buenos oficios para rebajar las tensiones en Medio Oriente.

El presidente de Irán, Hassan Rohani, recibe en Teherán al primer ministro de Japón Shinzo Abe. (EFE).
El presidente de Irán, Hassan Rohani, recibe en Teherán al primer ministro de Japón Shinzo Abe. (EFE).

"Hoy en día, la tensión está aumentando en Medio Oriente y algunos expertos señalan que el conflicto podría estallar accidentalmente", advirtió Abe en su comparecencia de prensa con Rohani.

Adelantando que sus palabras podían molestar a algunos iraníes, el primer ministro nipón afirmó que "es esencial que Irán juegue un papel constructivo en la edificación de una paz y estabilidad sólidas en Medio Oriente para que no ocurra un choque accidental".

Washington designó en abril pasado como grupo terrorista a los Guardianes de la Revolución iraníes, y Teherán hizo lo mismo en reciprocidad con las tropas estadounidenses desplegadas en Medio Oriente.

Las autoridades iraníes amenazaron, además, con bloquear el estrecho de Ormuz, por donde cruza buena parte del petróleo mundial, y EE.UU. aumentó su despliegue militar en la región con el envío de 1.500 efectivos, un portaaviones, un buque de asalto anfibio, misiles Patriot y bombarderos.

Estados Unidos envió al golfo Pérsico el portaaviones USS Abraham Lincoln. (Reuters).
Estados Unidos envió al golfo Pérsico el portaaviones USS Abraham Lincoln. (Reuters).

El repunte de la tensión se debe, según insistió hoy Rohani, a "la guerra económica" de EE.UU., que volvió a imponer el año pasado sanciones a Irán tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015.

Sobre el pacto nuclear, aseguró que Irán quiere "continuar" en el mismo y que la suspensión de algunos de sus compromisos el pasado 8 de mayo es acorde al artículo 36 de texto, debido al incumplimiento de la otra parte.

Ese día, Rohani anunció que su país no iba a seguir vendiendo los excedentes de agua pesada y uranio y amenazó con dejar de cumplir otras obligaciones, como los límites al nivel de enriquecimiento de uranio, si no se garantizaban sus intereses en un plazo de 60 días.

Al respecto, Abe expresó su esperanza de que Irán "continúe trabajando en el marco del acuerdo nuclear", al tiempo que alabó su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

El acuerdo del 2015 limita el programa atómico iraní a cambio del alivio de las sanciones internacionales, por lo que las medidas de EE.UU. lo han dañado seriamente y el resto de firmantes -Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania- no han sabido contrarrestarlas.

Una de las principales demandas de Irán es poder seguir exportando petróleo, después de que el pasado abril Washington pusiera fin a las exenciones otorgadas a ocho países para la compra de crudo iraní, entre ellos Japón.

Las empresas niponas han frenado sus importaciones, pero Rohani indicó tras su reunión con Abe que "Japón está interesado en continuar la compra de petróleo iraní y la cooperación económica y financiera con Irán".

Se especulaba que una contrapartida que iba a pedir Teherán a Tokio era que intercediera ante Washington para que levante o suavice las sanciones al sector petrolero, vital para la economía iraní.

Este papel mediador que se adjudicó desde el principio a Abe, tras anunciarse su visita después de que lo sugiriera Trump, ha sido, sin embargo, rebajado por fuentes japonesas, que aseguraron el martes que el viaje es por "iniciativa propia" y que el primer ministro no trae un mensaje específico de EE.UU.

Abe, que está acompañado por su ministro de Exteriores, Taro Kono, entre otros altos funcionarios, se reunirá también mañana con el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, quien recibe a contados dignatarios extranjeros no musulmanes.

Pese al alto nivel de las reuniones, el analista iraní Mohamad Marandí, decano de la Facultad de Estudios del Mundo de la Universidad de Teherán, no se mostró optimista, ya que consideró que la política de EE.UU. ha llevado a "un punto muerto".

"Irán no espera nada de la visita de Abe y en principio se mantendrá inflexible ante EE.UU., porque no puede aceptar su extorsión", explicó a Efe Marandí, aludiendo a que Washington llama ahora a un diálogo con Teherán mientras mantiene la presión de las sanciones.

Fuente: EFE

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