Boda real. Al igual que los detalles más picantes de la boda, el menú también se convirtió en uno de los mejores secretos guardados por los novios. Sin embargo, a medida que transcurren los festejos, el Palacio Kensington revela de a poco los misterios.
La cocina, integrada por treinta personas, ofrece a los 600 invitados convocados en el imponente salón de St George, un menú basado en platos tradicionales del lugar con frutas y verduras extraídas de las fincas de la reina Isabel II. Los comensales pueden disfrutar de langostinos escoceses envueltos en salmón ahumado con crema fresca de limón, panna cotta de guisantes con huevos de codorniz, tartas de tomate y albahaca, risotto de guisantes y menta con aceite de trufa y crisps de parmesano y cerdo asado con compota de manzana.
"Los novios participaron en cada detalle, por lo que no se probará nada el sábado. Todo fue probado previamente", reveló a la prensa el jefe de cocina del castillo de Windsor, Mark Flanagan quién agregó además que el champán y los vinos también son procedentes de la bodega personal de la reina.
La torta finalmente fue otro misterio develado. Se trata de un pastel diseñado por la repostera californiana Claire Ptak que consta de una base de bizcochuelo con sirope de flor de saúco y limón, recogidos de los propios árboles que la reina tiene en su residencia de Sandringham.
Fuente: La Nación, GDA