Cada sabado a las 6:30 p.m. (hora peruana) el pastor Souzy brinda una "misa" virtual a través del canal en Twitch God Squad Church. (Captura de pantalla)
Renzo Giner Vásquez

En marzo del 2016, God Squad Church (la iglesia del escuadrón de Dios) hizo su primera transmisión en Twitch, una plataforma de streaming. En la pantalla aparecía Matt Souza, mejor conocido como Pastor Souzy, un hombre que ha encontrado en los videojuegos el canal idóneo para transmitir su fe. Hoy, la primera “iglesia” para gamers acumula 3.280 espectadores y su fundador –con cerca de 12 mil en la misma plataforma– accedió a conversar con nosotros.

— ¿Cómo nació esta idea?
Mi amor por los videojuegos nació cuando era joven y mi padre me enseñó a jugar Mario Bros, en Nintendo. Para él quizá no tuvo mucha importancia pero yo amé eso. Fui creciendo y los videojuegos fueron mejorando, descubrí todo ese mundo en el que creas a un personaje y comienzas a conseguir objetivos. Poco a poco se convirtió en más que un hobby, en una pasión. Sin embargo, hace 10 o 15 años, los videojuegos eran muy poco populares en EE.UU., era una cosa para nerds. Por ello mantenía en secreto mi pasión por ellos, no quería ser etiquetado como un inmaduro, irresponsable o creyeran que viviría en la casa de mi mamá hasta los 35 años [risas].

— ¿Cuándo cambió eso?
Primero empeoró antes de mejorar...

— ¿De qué forma?
Cuando me gradué de la universidad y me convertí en pastor de una iglesia local, imaginaba lo que podía pensar la comunidad si sabía que después de ofrecer el servicio religioso iba a casa y me sentaba a jugar videojuegos. Pero creo que ahí me ayudó Dios, no importaba si era un jugador o no, importaba quién era. Realmente ahí comenzó todo. Me comencé a preguntar cuántos jugadores se sentían igual que yo, intenté llegar a ellos, pero no tengo idea de cómo toda esta idea se terminó convirtiendo en una “iglesia”. Solo quería saber cuántos se sentían así.

— ¿Y cómo encontró eso ?
Primero, busqué cuántos gamers había en el mundo y encontré datos alucinantes. Encontré que había 1,2 mil millones de gamers a nivel mundial, otro artículo de “The Washington Post” señalaba que eran 2,6 mil millones. Investigando llegué a Twitch.tv y encontré canales que acumulaban 25 mil espectadores. ¡Veinticinco mil personas viéndote! Ni el templo más grande del mundo congregaría a tanta gente.

— Pero usted sí... 
¡Sí! Alguien debía intentarlo, llevar el mensaje de Dios a estas personas que pocas veces salen de sus casas. Así que cree mi canal [en diciembre del 2014], comencé a jugar Halo y otros videojuegos, y en el proceso compartía mi fe con las personas que me seguían. Algunos me preguntaban dudas sobre la Biblia, veían a un gamer como ellos absolviendo sus dudas religiosas. Poco a poco comenzó a llegar más gente.

— No debió ser fácil tomar dos temas que generan tantas opiniones distintas: Dios y los videojuegos.
En realidad no fue difícil, lo es hasta ahora. Ambos temas no han ido de la mano por mucho tiempo y es en gran parte porque hay algunos videojuegos que no ayudan a difundir el mensaje de Dios, como los que tienen alto contenido sexual, violento o sobre drogas. También hay cristianos que vieron un videojuego malo y creen que todos lo son, pero eso me parece injusto, no podemos generalizar. Por otro lado, están los prejuicios sobre los gamers que te comenté antes, por eso intento enseñar que los videojuegos no son enemigos de la responsabilidad. Para mí, un videojuego es como el dinero, no es malo ni bueno, solo depende de cómo lo uses.

— Que la OMS incluyera la adicción a los videojuegos como un trastorno mental no debe ayudar mucho...
Honestamente, no. Evidentemente, no soy médico, pero sé que esto no ayuda a la comunidad de gamers porque no es que el 100% de casos sean adictos. Cualquier cosa puede ser adictiva, el problema con los videojuegos es la accesibilidad, tienes a la mano un teléfono y puedes jugarlo todo el día. Pero eso también se explica porque tienes un mundo cada vez más peligroso y los padres prefieren que sus hijos se queden en casa antes que salir a exponerse.

— ¿Es un llamado a que las iglesias se actualicen?
Totalmente. Y no solo con videojuegos sino con tecnología en general. Deben ser capaces de llevar el mensaje de Dios a todos los rincones del mundo y, nuevamente, yo no lo podría haber logrado con estas personas que raramente salen de casa si no hubiera sido a través del streaming. Puede sonar impresionante decir que tengo 4.500 espectadores cada semana, pero en Twitch soy considerado un canal aún pequeño. Jesucristo nos dijo que debíamos llevar su mensaje a todo el mundo, ahora eso incluye al mundo virtual, eso hago yo.

— Ahora trabaja en esto...
Sí, como miles de personas en el mundo, trabajo haciendo streamings en Twitch. Pero eso lo hago con mi canal personal, no cobro por difundir la palabra de Dios ni por la iglesia.

— ¿Ha podido conversar con algún seguidor?
Con muchos, nuestro canal es una comunidad con mucha comunicación. Tengo una historia especial con un usuario llamado Katsumoto, él era un ateo total pero además era un trol. Eso normalmente sería un problema, pero yo antes de cada transmisión rezo y le pido a Dios que me envíe troles para que puedan escuchar mi mensaje. He notado que la gente que hace daño a otros es porque está dañada por dentro, por eso me gusta hablarles. Ahora Katsumoto lleva dos años viendo mis transmisiones a diario. Él aún no cree en Dios, pero ama nuestra comunidad, se quitó la idea de que los cristianos somos personas que juzgan a todo el mundo todo el tiempo.

Ficha del personaje

Matt Souza
Pastor y gamer
​Nací en Massachusetts hace 27 años. Obtuve un bachillerato en Teología Bíblica en el Northpoint Bible College, donde también conocí a mi esposa Amanda. Desde hace diez meses vivimos en Virginia. Encuéntrame en Twitch como .

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