Nueva York. Kalief Browder, un joven estadounidense, se suicidó dos años después de salir de Rikers Island, una de las cárceles más duras de Estados Unidos, en la que ingresó sin juicio y permaneció tres años durante los que fue maltratado.
Browder, de 22 años, cuyo testimonio de los tormentos sufridos en la prisión lo convirtieron en un caso emblemático, se ahorcó en su casa y fue hallado el sábado por su madre, dijo la familia.
Ya había intentado autoeliminarse varias veces mientras estaba en la cárcel, a la que ingresó cuando era un adolescente de 16 años.
Desde que salió de Rikers Island, sin que ningún cargo fuera retenido en su contra, el joven se había convertido en el rostro y la voz de los abusos cometidos en este gigantesco centro de detención, ubicado no muy lejos de Manhattan.
Su testimonio sobre los maltratos que sufrió --más allá de los golpes de los demás prisioneros y de los guardias, también pasó dos años aislado-- permitió realizar reformas para intentar detener la violencia endémica en la cárcel y prohibir que los adolescentes sean enviados a prisión.
Su caso había tenido un fuerte impacto sobre la opinión pública y varias celebridades habían manifestado su apoyo hacia el joven, como el rapero Jay-Z.
Rand Paul, candidato republicano para las internas del partido de cara a las elecciones presidenciales, también se preocupó por el caso del joven, al igual que el Departamento de Justicia.
La familia de Kalief Browder responsabilizó del suicidio del joven al trato que sufrió en la cárcel. "No logró superar la pena y los tormentos que sufrió durante su aislamiento", indicó en un comunicado.
"Pedimos que el alcalde (Bill de Blasio) y todos los responsables de la ciudad de Nueva York garanticen que nadie en Nueva York tenga que soportar lo que Kalief sufrió", añade.
El alcalde calificó como tragedia la muerte del joven. "Una buena cantidad de las reformas que estamos llevando a cabo en Rikers Island en este momento son el fruto del ejemplo de Kalief Browder. Hubiera querido tanto no perderlo, pero (...) no murió en vano", declaró el alcalde.
El centro de detención de Rikers Island, que cuenta unos 14.000 presos, la mayoría en arresto preventivo, sufre una "cultura profundamente arraigada y endémica de la violencia", en particular las violencias cometidas por guardias contra adolescentes, según denunció el año pasado un informe oficial.
Fuente: AFP