Redacción EC

Hace 25 años, un 9 de noviembre de 1989, el símbolo de la Guerra Fría caía ladrillo por ladrillo ante la algarabía de los cientos de alemanes que se reencontraban con sus familiares. En recordamos los antecedentes de este histórico suceso que cambió la geopolítica mundial.

El 31 de octubre de 1989 Estados Unidos y la Unión Soviética confirmaban que George Bush y Mijaíl Gorbachov, sus máximos líderes, se reunirían en diciembre en el Mar Mediterráneo, para “profundizar una comprensión mutua”. La noticia, que apareció en la primera plana de El Comercio, era un indicio de que la Guerra Fría llegaba a su fin.

¿Frente a la isla de Malta se firmaría el acta de defunción de la “Cortina de Hierro”? En esos momentos la prensa internacional manejaba esa hipótesis. Algo de cierto había, pues un conjunto de sucesos empezó a resquebrajar la férrea estructura del bloque comunista. El 3 de noviembre el nuevo líder del Partido Comunista, Egon Krenz, anunciaba que cinco miembros del politburó serían dados de baja ante la oleada de manifestaciones en Alemania Oriental.

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