España: Los temas claves en negociaciones para formar gobierno
España: Los temas claves en negociaciones para formar gobierno

Madrid. Los partidos políticos de  perfilaban el lunes sus posiciones para la que se presenta como una dura y larga negociación para formar gobierno, luego de unas elecciones generales que dejaron un Parlamento fragmentado y acabaron con tres décadas de bipartidismo.


La gestión del movimiento secesionista en Cataluña, la posibilidad de una reforma constitucional y cambios en la ley electoral se presentaban como algunos de los temas que marcarán tanto las negociaciones de alto nivel como las conversaciones de los españoles de a pie durante las fiestas navideñas.

La irrupción de dos nuevos partidos en la Cámara Baja implica que ningún grupo puede gobernar en solitario y que cualquier alianza —salvo una gran coalición entre los viejos rivales PP y PSOE— requeriría al menos tres partidos, un escenario sin precedentes en España.

"No hay ninguna coalición fácil y las alternativas dicen que incluso si se llega a un acuerdo, no creo que vayamos a una legislatura de más de dos o tres años", dijo a Associated Press José Piquer, Politólogo y experto en Relaciones Internacionales de IE University.

Aunque el gobernante Partido Popular fue el más votado y consiguió 123 escaños, quedó muy lejos de lograr la mayoría de 176 bancas necesaria para gobernar en solitario.

La formación conservadora necesita socios, algo que podría resultar difícil de conseguir tras una legislatura en la que el gobierno dirigido por Mariano Rajoy, candidato a la reelección, aplicó impopulares medidas de austeridad contra la crisis económica y adoptó una dura estrategia de rechazo a las inquietudes independentistas en Cataluña.

"Los números permitirían que el PP gobernara con una mayoría muy frágil, pero si Ciudadanos y el PSOE se abstienen. En tema de coaliciones, sólo veo la posibilidad de que el PP gobernara con la abstención de Ciudadanos y PSOE o con el apoyo de Ciudadanos, y una coalición de izquierda la veo muy complicada", informó Piquer.

El recién llegado Ciudadanos, que hizo campaña prometiendo una actitud diferente a la de los grupos tradicionales y medidas afines al sector empresarial, estaba considerado como el socio más probable para formar gobierno con el PP antes de los comicios. Pero si bien sus 40 escaños son un avance considerable para un partido que no tenía representación en el Parlamento nacional, no bastarían para otorgar una nueva legislatura a Rajoy en la primera ronda de la sesión de investidura.

Por su parte, socialista PSOE, rival tradicional del PP, descartó abstenerse en una votación que supusiera la reelección de Rajoy.

"Vamos a votar 'no' al PP y a Rajoy", afirmó en una rueda de prensa el secretario de organización del socialista PSOE, César Luena, que no quiso pronunciarse sobre una situación hipotética en la que el PP presentara a otro candidato.

El PSOE obtuvo su peor resultado de la historia pero se mantiene como segundo más votado con 90 escaños y podría unirse a otros grupos de izquierda.

El que sería el socio clave de esa alianza, la nueva formación de ultraizquierda Podemos, se estrenó en el Parlamento con 42 diputados, aunque su influencia en la cámara asciende a 69 parlamentarios cuando se suman sus aliados. En una rueda de prensa el lunes a mediodía, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, se mostró dispuesto a negociar con otras fuerzas pero estableció cinco aspectos mínimos que considera imprescindibles.

Esa lista de requisitos incluye la protección de diversos derechos, una reforma de la Constitución, la introducción de una moción de censura específica para mandatarios que incumplan sus promesas electorales o la celebración de un referéndum sobre la independencia en Cataluña.

"Nosotros no queremos que Cataluña se vaya de España y pensamos que somos la única fuerza política que, precisamente porque defiende el derecho a decidir, puede garantizar la unidad de España", afirmó Iglesias, que ha pasado de no tener presencia en el Parlamento a dirigir la tercera fuerza política del país.

Otro de los cinco puntos exigidos por Iglesias recoge una reclamación habitual de Podemos y de Ciudadanos: la reforma del sistema electoral, que favorece a los dos grandes partidos tradicionales y penaliza a formaciones con apoyo en zonas urbanas y más pobladas. Esta demanda podría convertirse en uno de los escollos para pactar un gobierno con PP o PSOE, acostumbrados a alternarse en el poder con apenas el apoyo ocasional de partidos mucho menores.

Según la legislación española, el jefe de Estado, el rey Felipe VI, encargaría en los próximos días a un líder político —por lo general el más votado— que forme gobierno. Se celebra entonces una sesión de investidura en el Parlamento en la que el aspirante a presidente necesita mayoría absoluta (la mitad de los parlamentarios más uno). Si no lo logra, puede convertirse en presidente con una mayoría simple en una segunda votación dos días después.

Sin embargo, un gobierno aprobado en segunda vuelta se vería en una precaria situación, necesitado de apoyos externos para aprobar cada una de sus medidas y expuesto a que una moción de censura de otras formaciones pueda hacerle perder el puesto.

En Alemania, la portavoz del gobierno Christiane Wirtz dijo que podía felicitar a los españoles por la alta participación, del 73%, pero que "por lo demás, no veo de forma tan clara a quién puede uno felicitar en esta situación".

Por si el nuevo Parlamento fragmentado no ofreciera suficientes complicaciones, la nueva configuración del Senado, que también se eligió el domingo, ofrece un paisaje muy distinto al del Parlamento.

Debido a las diferencias en el reparto de bancas y a que los españoles no siempre eligen lo mismo en ambas cámaras, el PP obtuvo una gran mayoría de 124 senadores, muy por encima de los 47 del partido socialista y los nueve de Podemos. Ciudadanos no obtuvo representación en la cámara alta de 208 puestos.

El Senado tiene menor poder legislativo que el Congreso de los Diputados, pero sí puede rechazar en primera instancia las propuestas de ley salidas de la cámara baja, que entonces vuelven al Congreso de los Diputados y son aprobadas tras una nueva votación.

Esto implica que un Senado conservador podría hacer aún más largo y tortuoso el proceso legislativo para un gobierno de izquierdas, aunque no tendría capacidad de bloquear de forma definitiva sus medidas. Además, el Senado tiene competencias a la hora de elegir magistrados para altas instituciones judiciales o para posibles reformas de la Constitución como la que reclamó Podemos entre sus cinco puntos clave.

Fuente: AP

Contenido sugerido

Contenido GEC