(Foto: Dfusión)
(Foto: Dfusión)
Redacción EC

El Congreso de  aprobó este miércoles una ley para simplificar la donación de órganos, una norma conocida como "Ley Justina" en memoria de la pequeña Justina Lo Cane, cuya historia conmovió a todo el país.

Justina llevaba una vida plena pese a que cuando apenas tenía un año y medio de vida le diagnosticaron una cardiopatía.

Con la medicación adecuada pudo sobrellevar su problema de salud por muchos años, pero en julio del 2017 empezó a padecer descomposturas, dolores de cabeza y náuseas. A principios de setiembre la internaron en la Fundación Favaloro y le diagnosticaron la necesidad de un trasplante de corazón urgente.

En los meses siguientes el panorama empeoró. En setiembre Justina tuvo una descompensación más grave, pasó a terapia intensiva y fue conectada a un soporte cardíaco y respiratorio mientras aguardaba por un corazón. 

Las complicaciones siguieron. La pequeña sufrió una trombosis que obligó a amputarle los dedos del pie derecho.

En total, Justina esperó cuatro meses por un trasplante que nunca llegó.

Murió el 22 de noviembre a los 12 años.

Pero su historia continuó más allá de esa fecha. Cuando la niña entró en la lista de espera para un corazón le pidió a su familia iniciar una campaña para concientizar sobre la importancia de la donación de órganos.

Su papá, Ezequiel, la ayudó a crear la campaña "Multiplicate por Siete" que se viralizó con el hashtag #LaCampañaDeJustina. "El concepto detrás del nombre es que si uno es donante, su vida se multiplica por siete al momento de partir", habían explicado.

La campaña que impulsó Justina aumentó el número de inscritos como nunca antes: de 80 inscritos por día se pasó a 330 en cuatro meses.

Para su familia, la "Ley Justina" -que establece que toda persona mayor de edad es donante salvo que exprese su voluntad contraria antes de morir- es una victoria. 

"Después de un día agotador, y cansados, ahora todo valió la pena. Es gratificante, en el dolor incluso, que haya sido mi hija la que inició todo esto. Me voy llena de felicidad porque era lo que ella quería. Yo sé que ella me abraza y me dice 'lo logré mamá'. Es lamentable que alguien tenga que morir para que una sociedad se despierte, pero es así", afirmó Paola, mamá de Justina.

Fuente: "La Nación", Argentina / GDA

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