La bochornosa escena dio la vuelta al mundo. Los funcionarios de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) irrumpieron el domingo 5 en el superclásico sudamericano entre Brasil y Argentina, clasificatorio para Qatar 2022, cuando el encuentro recién iba en el minuto 6. Para asombro de quienes estaban dentro y fuera de la cancha, las autoridades explicaron que estaban ahí para hacer cumplir una orden de deportación de cuatro jugadores de la Albiceleste señalados por infringir los protocolos contra el COVID-19 en su ingreso el viernes 3 a Sao Paulo.
Desde ese momento, muchas interrogantes se reprodujeron en conversaciones y redes sociales en todo el globo. ¿Qué dicen las normas de Brasil?, ¿por qué se tuvo que interrumpir el partido?, ¿esto había pasado antes en ese país? y, una de las más repetidas, ¿qué es Anvisa y cuál es su verdadera función?
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Anvisa confirmó en un comunicado que cuatro jugadores argentinos -Emiliano Martínez, Cristian Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía- suministraron informaciones falsas sobre su estadía en Inglaterra en el proceso de inmigración y que la delegación argentina fue notificada del incidente.
Las normas sanitarias vigentes en Brasil exigen que las personas que hayan estado en los últimos 14 días en el Reino Unido, India y Sudáfrica deben cumplir una cuarentena obligatoria de 10 días.
La autoridad sanitaria brasileña detalló que el sábado 4 se reunió con miembros de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), de la delegación argentina, del Ministerio de Salud y de la Secretaría regional de sanidad de Sao Paulo, en la que se determinó la cuarentena de los cuatro futbolistas mencionados, los cuales militan en clubes ingleses. Sin embargo, afirmó que los jugadores hicieron caso omiso y entrenaron la noche del sábado en el reconocimiento del estadio Neo Química Arena, de Sao Paulo.
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Una agencia respetada
Según indica su página web, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa), creada por la Ley N° 9.782 de 26 de enero de 1999, es una autarquía de régimen especial vinculada al Ministerio de Salud de Brasil y tiene su sede y jurisdicción en el Distrito Federal.
“Su propósito institucional es promover la protección de la salud de la población, a través del control sanitario de la producción y consumo de productos y servicios sujetos a vigilancia sanitaria, incluyendo los ambientes, procesos, insumos y tecnologías relacionados con ellos, así como los puertos de control , aeropuertos, fronteras y zonas francas”, se indica en el portal.
Jonas Brant, epidemiólogo, profesor y coordinador de la Sala de Situación de Salud de la Universidad de Brasilia, resalta que Anvisa es una agencia que actúa sobre los productos y servicios de salud de manera general, además de puertos, aeropuertos y fronteras. “Anvisa viene haciendo un trabajo muy interesante en el país porque está siguiendo las reglas del juego que se construyeron durante décadas para garantizar la salud del pueblo brasileño”, dice a El Comercio.
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Explica, además, que aunque es un órgano que está vinculado al gobierno federal, tiene una posición de independencia política frente al presidente de Brasil.
“Anvisa tiene tres presidentes y con ello tiene un rol tripartita en la toma de decisiones, tiene una independencia política porque estos presidentes van más allá del tiempo de los gobiernos y eso le da cierta independencia política a la agencia. Anvisa ha seguido las reglas del juego y no ha creado nuevas reglas de acuerdo con la voluntad política”, señala el experto.
Rol en la pandemia
El desempeño de Anvisa fue puesto a prueba durante la pandemia. Jose Gallucci-Neto, médico e investigador de la Universidad de Sao Paulo, define a la agencia sanitaria como “una organización muy respetada en Brasil y en el exterior” y apunta a que su papel en el combate del COVID-19 en Brasil lo demuestra.
“Anvisa realiza un trabajo técnico impecable durante la pandemia. Aunque el gobierno de Jair Bolsonaro fue negligente con la salud pública brasileña, Anvisa no lo fue. Supo separar la política de la ciencia y ahora cuenta con el apoyo de la población brasileña. Siempre se mantuvo independiente de las presiones y acciones del mandatario”, dice a este Diario.
De hecho, Jonas Brant enfatiza que la agencia sanitaria tuvo un rol muy importante en la liberación de las vacunas, en decidir qué vacunas podían entrar al país, al respetar los criterios y la evaluación de cada una para que pudieran ser incorporadas al calendario de vacunación en Brasil.
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“Anvisa ha tenido un rol muy técnico y ha tratado de ampliar su transparencia en el proceso de aprobación de las vacunas”, señala Brant, quien recuerda que la agencia sanitaria ha sido motivo de algunas críticas y ha acaparado titulares precisamente en ese trance.
Por ejemplo, el médico comenta que durante la incorporación de la vacuna rusa Sputnik en Brasil, muchos cuestionaron los motivos de que Anvisa no permitió que la vacuna rusa entrara en el país, pero -afirma- su negativa obedeció a una evaluación documental. Ahora la agencia ha vuelto a ser noticia porque acaba de suspender la distribución de 25 lotes con 12,1 millones de dosis de la vacuna Coronavac, por haber sido envasadas en una planta en el país asiático no aprobada por el organismo brasileño de control.
“El fabricante de Coronavac cambió la producción de la vacuna de una planta de producción a otra y esta segunda planta no había sido inspeccionada por ninguna agencia internacional y no tenía la documentación comprobatoria. Anvisa ha suspendido su distribución hasta que se logre regularizar la situación”, explica Brant.
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En relación a lo ocurrido en el partido entre Brasil y Argentina, Brant y Gallucci-Neto destacan que Anvisa solo cumplió con su trabajo.
“Uno podría cuestionar que tal vez la regla que se utilizó estaba muy direccionada a la variante Delta y que la norma vigente ya no es tan aplicable porque la variante ya está en el país, pero la acción de los jugadores es grave en un momento en que un actor que tiene una influencia y representatividad no puede mentir al entrar en otro país. Por eso Anvisa actuó de esa manera”, señala Brant.
Gallucci-Neto opina de manera similar y agrega que no ha habido casos similares en Brasil. “Pero el caso argentino es peculiar porque hubo un claro incumplimiento de las normas de la Anvisa. Los involucrados sabían y fueron advertidos antes de la salida al campo. Hubo un intento de eludir las reglas utilizando el apoyo político de la Conmebol y de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF)”, añade.
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