Cada segundo nacen cuatro bebés en algún lugar del planeta. Pero, en muchas ocasiones, lo que debería ser un momento de felicidad se transforma en una tragedia.
En total, cada año mueren 2,6 millones de bebés en gestación en el mundo. Y la mitad de esas muertes podrían haberse evitado.
Son las conclusiones de una investigación recientemente publicada por la revista científica The Lancet, desarrollada por expertos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (LSHT), y las Universidades de Queensland (Australia) y Manchester (Reino Unido), en colaboración con Save the Children y otros organismos europeos.
El estudio analizó la situación de 186 países en todo el mundo en cuanto al número de muertes fetales intrauterinas y también analizó qué tan grande fue el avance de cada país en esta materia en los últimos 15 años.
Chile fue el país que más destacó en América Latina, situándose en el puesto 28 de la clasificación global, al mismo nivel que Canadá y muy cerca de los Estados Unidos.
Sin embargo, según el doctor Belizán, investigador del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) y participante en el estudio, hay otros países en América Latina que se destacan por sus importantes avances.
"Chile apenas redujo la tasa de muertes intrauterinas en los últimos 15 años. En cambio, el progreso de Argentina fue más grande y se produjeron mejorías notables", le dijo Belizán a BBC Mundo.
El problema de la desigualdad
Belizán destaca el caso de Cuba, que se sitúa entre los 10 países del mundo que más redujeron su tasa de muertes intrauterinas, junto a los Países Bajos, China y Polonia.
En Chile y Argentina el riesgo es similar al de Estados Unidos y Europa, pero Haití comparte los mismos riesgos que África. (Foto: EFE)
"Cuba es el ejemplo latinoamericano de salud pública", declaró el especialista, quien asegura que "el éxito de algunos países evidencia que las cosas pueden cambiar".
Según la investigación, el 98% de esas muertes ocurren en países de bajos y medianos ingresos.
En efecto, una mujer en partes del África Subsahariana o en Pakistán tiene 30 veces más riesgo de tener un niño nacido muerto que una mujer en Finlandia.
"El tema de la desigualdad es importante en América Latina, no sólo entre los países de la región sino entre zonas con más y menos recursos dentro de cada país", sostiene Belizán.
"Existe una relación directa entre inequidad y mortalidad infantil y materna", agregó.
En Chile y Argentina el riesgo es similar al de Estados Unidos y Europa, pero Haití comparte los mismos riesgos que África.
Para los bebés en África, el trabajo de parto es el momento más peligroso, representando la mitad de todos los bebés que nacen muertos.
"Esto es algo extremadamente raro en países de altos ingresos, pero en los países de alto riesgo es 250 veces más común", agrega.
Lawn asegura que "uno de los grandes mitos sobre las muertes intrauterinas es que son inevitables".
"Nuestro análisis muestra que se necesitarán más de 160 años, al ritmo actual de progreso, para que un bebé nacido en África tenga la misma probabilidad de evitar nacer muerto que un bebé en un país de ingresos altos", dice Lawn. "Esto es inaceptable".
Sin embargo, el éxito en algunos países muestra que las cosas pueden cambiar aunque, según los investigadores, la muerte intrauterina debe estudiarse a través de las vivencias de los padres que la experimentan.
Falta de apoyo
En ese sentido, según Belizán, el segundo problema más importante en América Latina es "la falta de soporte a las familias tras el aborto".
"El personal de salud no está formado para interactuar con las familias en el duelo y éstas tampoco tienen apoyo institucional, colectivo. Ahí está el mayor problema", explica el médico.
Es necesario que se brinde más apoyo a las familias, que viven un duelo "silencioso e incomprendido", según los expertos. (Foto: AFP)
"Muchas veces no se ponen en el lugar de una persona que ha pasado por la muerte de un hijo. Es una gran carencia que tenemos que trabajar en América Latina y un gran reto en la región", agregó.
Jessica Ruidíaz es consultora psicológica, especialista en duelo perinatal y fundadora de la Asociación "Era en Abril", desde donde brinda apoyo a bebés fallecidos en América Latina desde hace casi 10 años, cuando perdió a su hija Sofía quien, junto a su otra hija, Victoria "guía sus pasos en esta lucha".
Las muertes intrauterinas "no cuentan como muertes en las estadísticas globales, por lo que hay menos control y auditoría, menos preocupación pública y menos fondos", explican fuentes la LSHTM.
"Es terrible lo que está pasando, es un dolor que nos acompaña toda la vida. Por suerte ahora lo dicen también los investigadores, pero es importante que los gobiernos hagan algo al respecto y apoyen y difundan la labor de las organizaciones", le contó Ruidíaz a BBC Mundo.
"Muchas madres llegan medicadas a nuestra consulta y eso no es una solución porque lo único que se consigue así es pausar el duelo. En ocasiones, ni siquiera les permiten ver a su hijo y es un duelo que se vive en soledad".
"Es importante que hablen sobre el tema y que no se les estigmatice por ello. Romper el tabú es un paso fundamental".