Las Fuerzas de Seguridad de Israel ordenaron hoy a los habitantes de la aldea beduina de Jan al Ahmar, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, que desmantelen ellos mismos sus viviendas y se vayan antes del mes de octubre, informó el COGAT, organismo militar israelí que gestiona la ocupación.
"De acuerdo con una decisión del Tribunal Supremo, los residentes de Jan al Ahmar recibieron un aviso hoy (domingo) que les exige demoler todas las estructuras en el lugar antes del 1 de octubre de 2018", indica un comunicado, que añade que la justicia israelí "determinó que el sitio se construyó sin los permisos necesarios".
La notificación fue entregada "conforme a la obligación del estado de permitir que los residentes de Jan al Ahmar lleven a cabo la demolición ellos mismos", agrega la nota.
Esta aldea es una de las 18 poblaciones beduinas en riesgo de demolición desde que se aprobó el proyecto urbanístico israelí conocido como "Corredor E1", que pretende conectar Jerusalén con el asentamiento judío de Maale Adumim, lo que fragmentaría la continuidad territorial palestina, según denuncia la comunidad internacional.
El caso de esta villa, y el traslado de sus 181 habitantes, lleva nueve años dirimiéndose a nivel judicial.
El pasado 24 de mayo, el Supremo ratificó la orden de demolición del pueblo, situado en el área C de Cisjordania, bajo control militar y civil israelí, según los Acuerdos de Oslo y donde Israel apenas concede permisos de construcción, según denuncian ONG y organizaciones de Derechos Humanos.
El Parlamento Europeo aprobó la semana pasada una resolución oponiéndose a la orden de demolición e hizo un llamamiento a la UE para que actúe de inmediato para garantizar que los residentes conserven sus casas.
El presidente palestino, Mahmud Abás, ha anunciado que llevará el caso de Jan al Ahmar ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), tal como han hecho ya ante la Corte Penal Internacional de La Haya (CPI).
Israel dice que las estructuras del pueblo, en su mayoría chozas y tiendas improvisadas, fueron construidas sin permiso y representan un peligro para sus habitantes por su cercanía a una autopista.
Los residentes llevan viviendo allí desde la década de 1950, tras haber sido expulsados de sus casas en el Neguev (sur de Israel) y argumentan que no tienen alternativa a construir de otro modo porque Israel no les da permisos de construcción.
Fuente: EFE