Las bombas volvieron a caer el viernes sobre los barrios rebeldes de Alepo, , donde intensos ataques aéreos del régimen sirio y su aliado ruso sembraron muerte y destrucción como preludio a una amplia operación terrestre.
 

Imágenes de video filmadas por residentes mostraron a una niña gritando mientras los rescatistas la sacaban de entre los escombros en la ciudad donde viven 250.000 habitantes. Otra mostró a trabajadores retirando a un niño con sus propias manos, mientras gritaban "Dios es grande". El pequeño no mostraba señales de vida mientras era cargado en brazos por uno de los hombres.

Esta escalada de la violencia se produce después del anuncio del Ejército sirio de que iniciaba operaciones en el este de la ciudad, y del fracaso de las conversaciones entre Rusia y EE.UU. para renovar el alto el fuego.

Hamza al-Khatib, director de un hospital en el este de Alepo, controlado por los rebeldes, dijo que 91 personas habían muerto en el bombardeo del viernes, mientras que el grupo de rescate de Defensa Civil que opera en áreas de la oposición dijo 40 edificios quedaron destruidos.

La Defensa Civil siria, un grupo de voluntarios que desarrolla labores de rescate también conocidos como "cascos blancos", indicaron en un comunicado que todavía hay desaparecidos bajo los escombros de las casas.

Los más de 60 ataques aéreos causaron gran destrucción en la infraestructura de la urbe, incluidos tres centros de la Defensa Civil.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos 45 civiles perdieron la vida en los bombardeos, un balance que podría agravarse porque muchas personas se encuentran sepultadas.

En el oeste de la provincia de Alepo, 12 personas murieron por un bombardeo ruso en la aldea rebelde de Beshkatin, según el OSDH, que también informó que los bombardeos aéreos mataron a 11 personas en Al Bab, bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la provincia, sin determinar la nacionalidad de los aviones. 


- 'Alepo, atacada' -

Dividida desde el 2012 entre un sector progubernamental y otro en manos de los insurgentes, Alepo es un objetivo estratégico crucial en este conflicto que ya ha dejado más de 300.000 muertos en cinco años y medio de guerra.

El ejército del régimen de Bashar Al Asad, que asedia la parte rebelde de Alepo casi sin interrupción desde hace dos meses, quiere apoderarse de la totalidad de la antigua capital económica de Siria. El jueves por la noche anunció el inicio de una ofensiva contra el sector insurgente.

El ejército pidió a los habitantes que se alejaran de las posiciones de los grupos rebeldes y aseguró que los civiles que quisieran abandonar estas zonas en dirección al sector progubernamental no serían detenidos.

"Empezamos las operaciones de reconocimiento y los bombardeos aéreos y de artillería", afirmó una fuente militar de alto rango. "Pueden durar horas o días antes de [llevar a cabo] una operación terrestre, cuyo desarrollo dependerá del resultado de los ataques y de la situación en el terreno", agregó.

"Desde ayer [jueves] atacamos los cuarteles generales de los mandos de los terroristas", precisó esta fuente, utilizando los términos con los que se refiere a los que se enfrentan al régimen.

"Las tropas en el suelo todavía no avanzaron en el terreno", afirmó a la AFP por su parte un oficial sirio en Alepo.

Otra fuente militar en Damasco destacó que el "objetivo de esta operación era extender las zonas de control del ejército". "El número de combatientes [del régimen] permite empezar una operación terrestre porque llegaron a Alepo numerosos refuerzos", reiteró.

"Lo que está pasando es que Alepo es atacada y todo el mundo retomó las armas", declaró el jueves en Nueva York el enviado de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
El alto el fuego impulsado por Moscú y Washington terminó el lunes. Ambas potencias se acusan mutuamente de haberlo violado. 

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y su homólogo estadounidense, John Kerry, se reúnen este viernes en Nueva York para debatir de nuevo el restablecimiento de la tregua.

La víspera, una reunión del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GISS) en la misma ciudad no consiguió volver a instaurar el cese de las hostilidades.
"No podemos continuar más tiempo por este camino", consideró Kerry después del encuentro.


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