Terrorismo y canas, por Rubén Vargas Céspedes
Terrorismo y canas, por Rubén Vargas Céspedes
Redacción EC

¿Cuál es la naturaleza real del ? Recordemos algunos antecedentes. Después de su captura (1992), puso en práctica desde la prisión una secuencia de estrategias para salvar la estructura militar y política del grupo terrorista (SL). Así, empezó en 1993 planteando al gobierno de turno un “acuerdo de paz”. Este proceso se prolongó hasta fines de 1999 y sirvió para que el cabecilla y su pareja, (‘Miriam’), consiguieran muchas prebendas carcelarias.

A fines del 2000, a pocas semanas de iniciado el gobierno de , el comité central de SL reunido en la Base Naval del Callao lanzó una nueva estrategia conocida como “solución política a los problemas derivados de la guerra interna”. Allí plantearon una agenda de cinco puntos, entre ellos la liberación de todos los terroristas en prisión. En este contexto nace, al interior de la celda y a propuesta de Guzmán, el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (Movadef). 

Las caras visibles de este aparato terrorista fueron Alfredo Crespo y Manuel Fajardo, antiguos cuadros de la llamada Asociación de Abogados Democráticos que, en la década de 1980, se encargaban de la defensa legal de los mandos de SL. Otros personajes, generalmente terroristas liberados por cumplimiento de condena, se encargaban de transmitir, como parte de sus funciones en el Movadef, las directivas de ‘Gonzalo’ y de ‘Miriam’ a la facción terrorista que operaba en el Alto Huallaga y que ya se había alineado a Guzmán. Este habría sido el caso, por ejemplo, de Adelinda Sedelmayer Armas (‘La Gringa’) y de Atilio Richard Cahuana Yuyali, (‘Julián’), capturado en una emboscada memorable que hizo la policía en Aucayacu (Huánuco, 2011).

Paralelamente a la penetración del Movadef en el magisterio y en algunas universidades estatales, en el Alto Huallaga ‘Artemio’ asesinaba a policías, a jueces y a campesinos exigiendo lo mismo que el Movadef: amnistía para los terroristas encarcelados. 

Entonces, del 2000 al 2012, año de la captura de ‘Artemio’, se ejecutó una muy bien montada estrategia terrorista semejante a una bestia con tres cabezas: uno, el comité central de SL, encargado de mandar las directivas; dos, el Movadef, responsable de ejecutarlas; y tres, ‘Artemio’, que seguía con su “guerra popular”, amenazando a todos los gobiernos para negociar la agenda de los cinco puntos y, lo más importante, facilitando fondos (provenientes del narcotráfico y de extorsiones) a las actividades del Movadef. 

Como se ve, no es cierto que el Movadef se haya constituido recién en noviembre del 2009, mes de la compra del kit electoral con el que pretendieron convertirse en un partido político. Tampoco es cierto que sean un conglomerado de marxistas incomprendidos. Desde sus orígenes fueron y son parte de SL. Precisamente eso está claramente tipificado en el Código Penal. Que el Estado se haya demorado una década en buscar las pruebas y que ahora estén con más canas que ayer no los hacen menos terroristas.

No se puede enfrentar a la estructura de un grupo terrorista solo discrepando ideológicamente, como lo proponen con enorme candidez algunos voceros de la izquierda. Más allá de las arrugas y de los problemas geriátricos de sus responsables, el terrorismo siempre será un problema de seguridad.