Trump, la OMS y el futuro de Estados Unidos, por Óscar Vidarte

Incluso el papel de Estados Unidos en el Grupo de Lima, sin ser parte del mismo, ha sido lamentable, sobre todo para los intereses peruanos (promotor de este mecanismo de crítica del régimen venezolano). Al asumir la potencia mundial una posición favorable a la posibilidad del uso de la fuerza en Venezuela (ilegal en todo sentido), terminó dividiendo a los países del Grupo de Lima.

Regresando a la OMS, Trump la ha cuestionado por ser sinocéntrica, permitiendo y encubriendo las mentiras de China. Cierto es que la OMS puede cometer errores, y es muy difícil tomar decisiones que no generen pánico pero que al mismo tiempo adviertan al mundo sobre la real amenaza de una enfermedad. Con la gripe porcina exageraron su magnitud, cuando fue en realidad una enfermedad de impacto moderado, mientras que con el COVID-19 demoraron mucho tiempo en considerar su nivel de riesgo alto (error que ya fue aceptado por la organización).

Además, no se pueden dejar de reconocer sus programas de salud pública a nivel mundial (logrando controlar varias enfermedades, entre ellas la viruela), más aun considerando que gran parte de sus fondos provienen del sector privado (la Fundación Gates es el segundo aportante a la OMS y la Alianza GAVI el tercero). Lamentablemente, la salida de Estados Unidos (principal fuente de recursos de la OMS) va a afectar en gran medida el presupuesto de la organización y su accionar en el mundo.

Y respecto al supuesto vínculo entre la OMS y China, ¿realmente alguien puede creer que esta organización internacional tiene la capacidad de hacer algo contra China? La OMS no cuenta con mecanismos coercitivos para condicionar las políticas públicas de ningún país, peor cuando se trata de una potencia mundial. El trabajo termina siendo muy diplomático, “hilando muy fino” para tratar de no afectar los intereses de los miembros de la organización. Esto puede ser muy incomprendido.

Resulta evidente que para Trump la explicación no resulta suficiente. Para muchos conservadores en Estados Unidos, los espacios multilaterales fueron creados para los países débiles, en tanto las potencias pueden satisfacer sus intereses con sus propios recursos de poder. Y en contextos tan difíciles para Estados Unidos como el actual, determinados por las consecuencias de la pandemia y la lucha de poder contra China, priorizar sus intereses egoístas y no los intereses colectivos (objetivos del multilateralismo), parece ser lo principal.

No obstante, el poco interés de Estados Unidos por lo que pasa en el planeta y su “particular” accionar en esta competencia entre los países por adquirir material sanitario, van a tener un impacto negativo en el liderazgo de la potencia a nivel global. Los riesgos a la salud en el mundo van a continuar, y la única manera de hacerle frente es cooperando. El liderazgo que las grandes potencias pueden tener resulta fundamental. Saliéndose de la OMS, Estados Unidos pierde cualquier influencia en un tema de la mayor relevancia mundial.