"Escasez de boxeadoras", por Marco Aurelio Denegri
"Escasez de boxeadoras", por Marco Aurelio Denegri
Redacción EC

¿A qué se debe la escasez de boxeadoras? ¿Por qué no abundan las mujeres que boxean? La persona enfurecida, que en su furor cierra las manos y las contrae fuertemente, es por lo general de sexo masculino, porque el hombre, cuando pelea, lo hace, entre otras cosas, con los puños, y por eso da puñetes y puñetazos.
 
La mujer enfurecida, en cambio, araña, jala los pelos, abofetea, pero no suele dar puñetazos, ya que para darlos tendría que formar puño, y el formarlo no es gesto femenino, sino masculino. Y si bien es cierto que hay mujeres que boxean, son pocas y desde luego escasamente femeninas. El boxeo las desfeminiza, porque la reciedumbre y las trompadas no son propias de la mujer.
 
Mostración dental
Otro gesto casi exclusivamente masculino es enseñar los dientes cuando se produce el enfurecimiento.
 
La mujer enfurecida casi nunca los enseña. Cuenta el fisiólogo inglés Charles Bell que el gran actor Cooke sabía expresar el odio más violento mirando de soslayo, oblicuamente, y levantando de un solo lado el labio superior, de modo que descubría un diente cortante y puntiagudo. Era la mostración del canino.
 
Es interesante notar al respecto que en la mujer hay un predominio en el desarrollo de los incisivos sobre los caninos. En el hombre es al revés.
 
Otra escasez, la de poetisas
Otra escasez femenina es la de poetisas. 
 
En 1973 se publicó la Antología de la Poesía Peruana , de Alberto Escobar, en 2 tomos. De los 68 poetas antologados, sólo había 4 mujeres: Blanca Varela, Lola Thorne, Cecilia Bustamante y María Emilia Cornejo.
 
En la antología de Ricardo González Vigil, Poesía Peruana, Siglo XX, en 2 tomos, publicados en 1999, la desproporción entre poetas y poetisas continúa. De los 214 poetas antologados, las poetisas son apenas 28. Sigue la escasez de poetisas. 
 
Graciela Briceño, que es poeta, tiene una explicación de este hecho. Dice que la mujer, por naturaleza, está orientada o proyectada a la dación ; en primer lugar, porque en su realización biológica, que es la maternidad,  da hijos y los cría y se ocupa del hogar y atiende al marido.
 
La mujer, dice Briceño, es en general extravertida, tiende a salir fuera de sí y la exterioridad no deja de llamarla y requerirla; pero la poesía no es un fenómeno de  extraversión , sino de lo contrario, de  introversión, que es la acción y efecto de penetrar dentro de nosotros mismos, ensimismarnos y acogernos a nuestra dentrura.
 
Me parece admisible esta explicación de Graciela Briceño tocante a la escasez de mujeres que poetizan. No me parece admisible atribuirla al sistema patriarcal y al machismo.