Las elecciones regionales y municipales 2014 traen una novedad estructural importante: por primera vez en 12 años, el número de movimientos regionales que presentan candidatos a los gobiernos regionales, en lugar de crecer explosivamente, como ha venido ocurriendo desde el 2002, se reduce. En efecto, los movimientos regionales presentaron 49 listas para gobiernos regionales en el 2002, 70 en el 2006, saltaron a 148 en el 2010, y ahora las informaciones preliminares indican que esa cifra se habría reducido a 147, número que podría bajar luego de la depuración.
Los partidos políticos, por su parte, habrían presentado 151 listas, más o menos lo mismo que en las dos elecciones anteriores, pero la diferencia está en que ahora el número de partidos es menor. Hemos pasado de 30 partidos nacionales que presentaron candidatos en el 2006, a 23 en el 2010 y a 16 en esta ocasión. Si hay menos partidos y estos presentan el mismo número de listas en total, significa que los partidos están presentando listas en más regiones que antes. Esto es claro para Alianza para el Progreso y Fuerza Popular, pero no se aplica al Apra y Perú Posible, que presentan un número de listas para las regionales bastante menor. El Apra, por ejemplo, baja de 24 a 9. Acción Popular, en cambio, presenta 17.
No hemos hecho el cálculo para las municipalidades provinciales y distritales para ver si el número de movimientos regionales o locales se incrementa o no, pero si se repitiese el mismo fenómeno, podríamos concluir que el proceso de fragmentación creciente del sistema de partidos se habría detenido luego de más de dos décadas de disgregación, y que podríamos estar viendo el inicio de un punto de inflexión. No solo el número de movimientos regionales ha dejado de crecer luego de duplicarse de elección en elección, sino que el número de partidos viene decreciendo y algunos están intentando recuperar presencia en las regiones y provincias del país. Veremos si los resultados les acompañan y si logran revertir la tendencia aun más fuerte a que el porcentaje de alcaldes electos pertenecientes a partidos haya sido cada vez menor.
Parte de la explicación puede estar en el cambio normativo que elevó de 1% a 3% del padrón de electores la cantidad de firmas válidas que partidos y movimientos deben presentar para inscribirse. De todos modos, la presión centrífuga siguió siendo tan fuerte que para estas elecciones se inscribieron 218 movimientos regionales, una cantidad muy alta.
De lo que se trata ahora es de consolidar el punto de inflexión endureciendo aun mas los requisitos para inscribir movimientos regionales y locales, subiendo la valla congresal a las alianzas y pasando al sistema de distritos uninominales, que tiene el efecto de enraizar los partidos, reconstruir canales de representación y reducir el número de partidos obligando a los pequeños a unirse a otros más grandes si quieren ser elegidos. El Congreso tiene la palabra.