Redacción EC

Este jueves en el Semáforo conoce la postura de “El Comercio” sobre tres temas importantes. Primero, este año, 62 mil personas han regresado a Lima para celebrar las fiestas con sus seres queridos, lo que demuestra el valor que los peruanos otorgan a la familia y al fortalecimiento de los lazos familiares. Segundo, el congresista Jorge Flores Ancachi ha obsequiado botellas de vino con su nombre y el logo del Congreso por navidad utilizando su cargo como legislador para brindar dádivas a la población con su nombre. Finalmente, en Ayacucho una explosión en una feria de pirotécnicos dejó cuatro heridos que nos recuerdan que, a más de 20 años de la tragedia de Mesa Redonda, los peruanos no aprenden la lección con respecto al uso y el peligro de encender estos artefactos en lugares no adecuados.


🟢LO BUENO🟡NI MALO NI BUENO 🔴 LO MALO

🟢 NAVIDAD ES REENCONTRARSE

La Navidad es un momento especial que celebra la unión familiar, y este año, 62 mil personas han regresado a Lima para compartir estas fiestas con sus seres queridos. Este significativo reencuentro refleja el valor que los peruanos otorgan a la familia, fortaleciendo lazos y creando memorias inolvidables. A través de 478 vuelos, muchos han cruzado distancias para disfrutar de la calidez del hogar. Sin embargo, también es un recordatorio de los sacrificios que implica estar lejos de los nuestros.

🔴DESCARADO APROVECHAMIENTO

La noticia de que el congresista Jorge Flores Ancachi regaló botellas de vino con su nombre y el logo del Congreso es un claro ejemplo de un uso indebido de recursos públicos. Este acto no solo es inapropiado, sino que también refleja una falta de respeto hacia la institución que representa. Es imperativo que el Parlamento tome medidas concretas para evitar que situaciones como esta se repitan, promoviendo una conducta más responsable. La ciudadanía merece representantes que actúen con integridad.

🔴 LA DE NUNCA ACABAR

Es alarmante que, a más de 20 años de la tragedia en Mesa Redonda, el país no haya aprendido la lección sobre el uso de artefactos pirotécnicos en ferias. La reciente explosión en Ayacucho, que dejó cuatro heridos de consideración, plantea serias interrogantes sobre la responsabilidad de las autoridades al permitir este tipo de eventos. Si bien no hubo víctimas mortales, la repetición de estos incidentes demuestra que la seguridad pública sigue siendo una prioridad ignorada en favor de celebraciones peligrosas.

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