A estas alturas, quedan pocas dudas de que estamos ante una de las elecciones más ajustadas de nuestra historia republicana. Con pocas actas por añadirse al conteo, aún no se puede determinar con certeza quién será el ganador. Las circunstancias, entonces, mantienen en vilo a la ciudadanía.
En todo caso, es claro que hay que esperar pacientemente y, mientras tanto, mantener la prudencia y la ecuanimidad. Y el trabajo que está llevando a cabo la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) viene sumando a este propósito. Por un lado, por la velocidad con la que el ente viene contando los votos y, por el otro, por lo rápido que ha sido para despejar en redes sociales algunas de las dudas, y noticias falsas, que han ido surgiendo a lo largo del proceso.
En los días siguientes, también será importante que se aclare la situación de las actas que han sido enviadas al Jurado Nacional de Elecciones para ser revisadas. Será fundamental saber, por ejemplo, si las actas observadas pudieron formar parte de una estrategia de Perú Libre para menoscabar la voluntad popular en circunscripciones donde Fuerza Popular tenía más votos. El conteo de todos y cada uno de los votos emitidos en esta elección tiene que ser el objetivo principal. La voluntad expresada por los ciudadanos en las urnas no puede ser socavada por tretas legales y todas las dudas levantadas por las partes deben ser atendidas y disipadas.
En esa línea, empero, hizo bien la ONPE en aclarar que la impugnación de actas no tiene costo alguno –lo contrario se había venido aseverando durante todo el lunes– y en atender las preocupaciones ciudadanas públicamente a través de Twitter. Por su lado, el Jurado Nacional de Elecciones ha anunciado que se harán públicas las deliberaciones en torno a las actas observadas, una medida que ayudará a apaciguar las preocupaciones de muchos ciudadanos.
Entre tanto, mientras las autoridades electorales hacen su trabajo y el conteo sigue su curso, será importante mantener la calma y lograr que el sentido común y la evaluación minuciosa de la información que se recibe por redes sociales (sobre todo por WhatsApp) prevalezcan sobre la frustración y la desazón que muchos puedan estar sintiendo. La difusión de mensajes plagados de ‘fake news’, fraguados con la intención de generar zozobra y echar sombras sobre los comicios, debería morir en las manos de los usuarios responsables que se preocupan por constatar aquello que tienen al frente antes de compartirlo y sumar a la confusión. La tentación (y hasta emoción) de recibir un dato beneficioso para nuestro candidato en esta coyuntura no debería nublarnos al punto de no verificar que sea cierto.
En suma, solo queda esperar que se haya contado el 100% de los votos. Para ello, habrá que dejar que la ONPE continúe haciendo su trabajo y que el Jurado Nacional de Elecciones culmine con la evaluación de las actas observadas. A partir de ese punto, tendremos un nuevo gobierno electo y la obligación, pase lo que pase, de seguir ejerciendo con entereza nuestra ciudadanía. Para defender la democracia, la Constitución y el Estado de derecho.
Contenido sugerido
Contenido GEC