El gobierno solicitó a la Beneficencia que dedique una finca para que se convierta en dispensario antituberculoso, adaptándola para tal efecto. Como es notorio, Lima tiene el triste privilegio de ser una de las ciudades que rinde mayor tributo a la mortalidad producida por la tuberculosis. Siendo ésta, una enfermedad evitable, las ciudades que se hallan en condiciones análogas a las de Lima, han reaccionado, en todo el mundo civilizado, contra este terrible flagelo, por medio de la organización que lleva el nombre de “Lucha Antituberculosa”, uno de cuyos medios de acción más poderoso es el dispensario antituberculoso.