Hace ya nueve meses que la Gran Guerra viene transformando al mundo. La paralización comercial, económica, etc. es cada día más crítica. En Francia sus exportaciones e importaciones han decrecido inmensamente, lo que se refleja en el comercio que, sobre todo en Lima, se cultiva con ese país. Muchas casas comerciales han tenido que despedir personal. Y esos desocupados, pertenecientes a la clase media, pasan por momentos muy difíciles, sin remediar las necesidades de los suyos. Es necesario buscar algún alivio que tienda, por lo menos, a disminuir el número creciente de tantas personas con aptitudes y que, sin embargo, no tienen donde trabajar. Este fenómeno ocurre también en casas comerciales inglesas y alemanas.