Con la entrada del invierno, el estado sanitario del Callao va adquiriendo un aspecto alarmante, que requiere la atención de las autoridades encargadas de la salud pública. Ya sea por falta de recursos o por la incuria de quienes tienen la obligación de que el puerto sea un lugar limpio de enfermedades que han adquirido el carácter de epidémicas, o cuando menos endémicas, lo cierto es que nadie se preocupa por la higiene del primer puerto de la república cuya insalubridad salta a los ojos de quienes transitan por sus desaseadas calles.
H.L.M.