Carmen Omonte, Unión Civil, con una particularidad que me alude. Dijo que, además del proyecto de Carlos Bruce y del de Martha Chávez, hay una propuesta mía de modificación del Código Civil que le parece interesante.
Agradezco a la ministra que haya tomado en serio el afán realista y conciliador de mi columna “Unión Civil, así va el partido” del 13/5/14. En ella, ciertamente, hablo dela posibilidad de modificar el art. 326 del Código Civil, que describe las uniones de hecho, para que sus beneficios se amplíen al vínculo entre personas del mismo sexo.
Sin embargo, debo aclarar que lo que Carmen Omonte señala como idea mía no es tal, sino el resumen que hice de la propuesta del constitucionalista pepecista Mario Castillo Freyre, y así lo hago notar en la columna. Cité a Mario, porque suele trabajar proyectos conciliadores en temas polémicos. Y, además, porque presumí que sería consultado por su correligionario Juan Carlos Eguren, presidente de la Comisión de Justicia, donde se deben discutir muy pronto los proyectos de Carlos Bruce y de Martha Chávez (hay otro, de Julio Rosas, que no cuenta con el respaldo de otros miembros de la comisión, de modo que sale sobrando).
Si yo tuviera que dar una propuesta ideal sería la del matrimonio igualitario, sin cortapisas y con derecho a adopción de niños. Pero soy realista y adhiero firmemente a la propuesta de Unión Civil de Carlos Bruce quien no solo es valiente sino un gran conciliador.
Ya es bastante que la UC no involucre la adopción de niños, pero los conservadores piden más concesiones a Carlos. En ese afán negociador, la idea de Mario puede abrir una interesante alternativa que Bruce puede considerar solo en la medida en que garantice los beneficios esenciales para las parejas del mismo sexo (herencia, seguros, patrimonio común, permisos médicos). Si no tenemos una Unión Civil blindada en el futuro contra jueces que pretendan imponer el derecho de familia tradicional sobre los derechos de las nuevas parejas, entonces, el debate y la conciliación no habrán servido para nada. ¡Unión civil, ya!