(Foto: Sernanp)
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Zenaida Condori

Después de denodados esfuerzos, el incendio forestal que empezó hace cuatro días en la región Moquegua y llegó hasta Arequipa, está controlado. En Moquegua, 700 hectáreas fueron afectadas; y en Arequipa 1.000.

El jefe regional del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Felipe Gonzales Dueñas, explicó que con la ayuda de policías, miembros del Ejército y comuneros de Polobaya lograron controlar el fuego a un kilómetro antes que llegue al área protegida de los Queñuales, que es la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional de Salinas y Aguada Blanca.

"En la parte de Arequipa se dañaron pocos Queñuales, pero tenemos entendido que en Moquegua es mayor. En ambos casos para recuperar los Queñuales demandará por lo menos 15 años. Debemos recordar que estos árboles crecen 5 centímetros al año. Para la zona de los pastizales y arbustos se necesitarán 5 años para que regresen al estado en que estaban", manifestó Gonzales Dueñas.

La coordinadora del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de Arequipa, Jackeline Choque, indicó que durante la mañana de ayer  el helicóptero equipado con un bamby bucket (un cubo especial para helicópteros), con capacidad para mil galones de agua, siguió trasladando agua de la represa de San José de Uzuña a la zona del fuego. El equipo de trabajo terrestre laboró hasta las 5:30 p.m. y luego se retiraron para evaluar las acciones del cuarto día de incendio.

El director de Gestión del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), José Nieto, dijo a El Comercio que 16 bomberos forestales, que son guardaparques del Santuario Histórico de Machupicchu y el Parque Nacional del Manu, se trasladaron hasta Arequipa para colaborar con la extinción del fuego.

"A nosotros nos solicitaron el apoyo el martes en la noche y trasladamos a nuestros mejores profesionales. Ellos están llegando con una estrategia y totalmente equipados para mitigar por completo el incendio", indicó José Nieto.

Los bomberos forestales no son iguales a quienes apagan incendios en la ciudad. Estos profesionales fueron capacitados en Estados Unidos y España. Ayudaron también a combatir el último gran incendio forestal en Chile.

Los trajes de ellos son especiales, son de color amarillo y soportan altas temperaturas. Los casos y mascarillas también son resistentes al fuego. Como parte de su equipamiento, cuentan con una mochila especial. Llevan también un batefuego, una especie de mata mosca gigante de 2 metros para sofocar el fuego. Palas especiales, rastrillos forestales, machetes y botas forestales.

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