1 / 16 El general Escudero en pleno rescate de la familia de Giana, la bebé de 45 días, que quedó atrapada en su casa, en Catacaos. (Foto: Ralph Zapata)
2 / 16 Un hombre de Pedregal Chico intenta rescatar su cama que ha sido sepultada por el lodo que dejó el desborde del río Piura. Este fue el primer pueblo del Bajo Piura que se inundó. (Foto: Ralph Zapata)
3 / 16 Una familia pasa el día en un encerrado con esteras, en el campamento San Pablo, en la carretera Piura-Chiclayo. La vida, en ese refugio, sigue siendo muy precaria. (Foto: Ralph Zapata)
4 / 16 Un soldado observa, desde un helicóptero, los pueblos inundados del Bajo Piura. Las Fuerzas Armadas jugaron un papel importante durante la emergencia en Piura. (Foto: Ralph Zapata)
5 / 16 José Aquino Chávez, su esposa y sus cuatro hijos intentan sobrevivir en el refugio de San Pablo. Allí han levantado una casa improvisada, con carrizo y calaminas viejas. Como él, son más de 500 las familias asentadas en ese albergue. (Foto: Ralph Zapata)
6 / 16 Un grupo de pobladores de Pedregal Grande, del sector Molino Azul, rescatan en ollas a sus pavos. La mayoría de damnificados perdió todos sus animales de corral. (Foto: Ralph Zapata)
7 / 16 El hermano de la pequeña Giana lava su coche con el agua que dejó el desborde del río Piura. La casa de esta familia también sufrió severos daños a causa del exceso de agua. (Foto: Ralph Zapata)
8 / 16 El general Escudero y sus comandos rescatan a Giana y a sus familiares el 27 de marzo, en un bote zodiac. (Foto: Ralph Zapata)
9 / 16 En el distrito de Castilla, una mujer llora luego de que se le desplomara su vivienda de adobe por las lluvias de El Niño costero. (Foto: Ralph Zapata)
10 / 16 Dos perros se refugian encima de unas esteras, para evitar ser arrastrados por la corriente del furioso río Piura que el 27 de marzo se desbordó. (Foto: Ralph Zapata)
11 / 16 Uno de los comandos del Ejército rema para salvar a la familia de Giana, mientras al fondo decenas de personas se refugian en los techos de sus casas, para salvarse de la inundación. (Foto: Ralph Zapata)
12 / 16 Pobladores de Pedregal Grande salvan a una niña en una balsa hecha con maderas y bidones de aceite. Como ella, fueron cientos los pobladores que se las ingeniaron para sobrevivir al desastre. (Foto: Ralph Zapata)
13 / 16 Un hombre cruza una calle inundada de Catacaos a través de una cuerda, mientras es observado por una familia que se ha refugiado en el techo de su casa. Escenas como esa fueron comunes aquel 27 de marzo. (Foto: Ralph Zapata)
14 / 16 Una cadena de solidaridad en medio de la tragedia. Policías ayudan a salir de la inundación a una familia que quedó atrapada en el centro de Piura. (Foto: Ralph Zapata)
15 / 16 Pobladores de Catacaos abandonan sus casas luego del desborde del río Piura. Solo en este distrito la inundación dejó 45 mil damnificados. (Foto: Ralph Zapata)
16 / 16 Albines Merino Huancas, de 61 años, es un poblador de Tambogrande que perdió su casa de adobe debido a las intensas lluvias que cayeron en marzo en este distrito piurano. (Foto: Ralph Zapata)
Para Piura este 2017 estuvo marcado por las lluvias de El Niño costero. El 27 de marzo, un día que será recordado como funesto, tanto como el nivel que alcanzó el río Piura: 3.600 m3/s que ocasionaron el desborde de las aguas hacia las ciudades de Piura y Castilla, y los pueblos del Bajo Piura, principalmente Catacaos y Cura Mori. Ese día, la inundación causó caos y desesperación, pero también escenas de valentía y solidaridad.
Escenas como las que protagonizaron en Catacaos el general EP Carlos Escudero Sotomayor, jefe del Agrupamiento de Artillería Inclán de Piura, y cuatro suboficiales más: el técnico EP Oswaldo Garay Cavero, Hamilton Sinuiri, Jean Paul Gálvez Sánchez y Steven Acosta Rosales. Los valerosos soldados salvaron a más de 100 personas en un bote zodiac que atravesó la torrentosa corriente del río.
Pero el rescate más dramático –que presenció El Comercio– fue el de Giana, una bebé de 45 días de nacida que fue salvada en una batea. Junto a ella también fueron rescatadas su mamá, sus hermanos y el resto de la familia, incluido el perro guardián de la casa.
-El drama continúa-
Al día siguiente, Escudero y sus comandos fueron hasta Pedregal Grande, un pueblo que estaba bajo el agua. Los damnificados salían en ollas, en balsas hechizas, en maderas viejas. En cualquier cosa que flotara. El Comercio halló entre tanta gente desesperada a Carito, una niña de apenas 4 años que fue rescatada por sus padres en una olla de aluminio.
Pasada la inundación, el drama solo cambió de lugar: de los pueblos inundados a los campamentos de refugiados, en la carretera Piura-Chiclayo. Los damnificados se apostaron en carpas, en medio de un arenal caliente. Meses después construyeron casas con carrizos y calaminas viejas. José Aquino Chávez, su esposa y sus cuatro hijos fueron los primeros que se asentaron allí, a intentar levantarse y sobrevivir a tanta tragedia junta.
Ahora han pasado casi nueve meses desde aquel desastre y la reconstrucción avanza a paso muy lento. La rehabilitación de vías ha comenzado hace poco, y los damnificados continúan en carpas. Pasarán la Navidad en los campamentos.
Las cifras de la tragedia –que aún no acaba en Piura– son estas, según el Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (Coen): 91.835 damnificados, 310.570 afectados, 17 fallecidos, 39 heridos, 4 desaparecidos, 5.724 viviendas colapsadas, 8.469 viviendas inhabitables, 71.008 viviendas afectadas; así como 711 instituciones educativas y 195 centros de salud también afectados.
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