(Foto: Alessandro Currarino)
Redacción EC

Por Sebastian Ortiz Martínez y Diego Chirinos Cané

quiere dar una nueva dinámica a la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo, luego que esta alcanzó el punto más alto de tensión. La primera ministra reconoce que el enfrentamiento “le hace daño” al país, pero advierte que el nuevo Gabinete se manejará con los mismos instrumentos constitucionales que el anterior.

—El Gobierno planteó una cuestión de confianza ante la potencial censura de la entonces ministra de Educación Marilú Martens. ¿Se podría tomar como un mensaje contradictorio que ella no continúe?
No. Hubo un momento en el cual vimos que eran necesarios cambios muy fuertes, porque estamos entrando a una nueva etapa. El Gabinete, en este momento, lo que está buscando es la generación de un espacio de diálogo y consensos. Lo que sí remarco es que la política educativa no cambia. Seguimos con ese marco de tener evaluaciones y de mejora de vida de los maestros. Hemos buscado a una persona [el nuevo titular del Minedu, Idel Vexler] que conoce el tema de la reforma desde antes.

—Si la reforma educativa va a continuar sin Martens, ¿por qué creían que una eventual censura la ponía en riesgo?
Es una decisión que se tomó en el Gabinete anterior y nosotros ya estamos dando vuelta a la página. Nuestra propuesta es tener una relación constructiva con el Legislativo y todas las fuerzas políticas.

—Ciertos sectores toman su salida como una muestra de debilidad.
Todo lo contrario: estamos mostrando que sí continuamos con nuestra mirada, pero no vamos a ir a una confrontación en el absurdo, la cual hace daño al país. Algunos quieren que lleguemos a niveles de confrontación más altos y se cierre el Congreso. ¿Qué ganamos con eso? Paralizar la economía y el país. El deseo del presidente es continuar con una política pública fuerte en materias que siempre ha planteado, pero sin convertirnos en una especie de juego de tronos que no lleva a nada productivo.

—¿Evaluó mantener a Fernando Zavala como ministro de Economía?
Pudo haber estado. Él va a continuar siempre cercano a nosotros. No ha salido, en este proceso de confianza, más que por una razón política. No [lo hizo] por alguna acusación que revele que estaba haciendo algo mal. Eventualmente, podría regresar más adelante [al Gabinete].

—Si es así, ¿por qué se decidió no ratificarlo como titular del MEF?
Son decisiones que tuvimos que tomar. Al escuchar a diferentes bancadas sobre cómo debería ser una formación [del Gabinete] en estas circunstancias de crisis, nos dieron ideas de qué es lo que pensaba el Congreso. No hubo propuestas de nombres, pero sí de perfiles. Algunas sugerencias las tomamos y otras no.

—¿Considera que mantener a Zavala y Martens hubiese sido un acto de provocación al Parlamento?
El Parlamento tiene sus modos y es sensible. Hay que entender también las sensibilidades políticas.

—El actual ministro de Educación fue crítico con aspectos de la reforma educativa defendidos por sus predecesores y especialistas han tomado su designación como un retroceso. ¿Lo es?
Él fue crítico del período particular de la ex ministra [Patricia] Salas y, luego, de algunas acciones. Pero plantear mejoras no significa ser crítico o decir que no hará la reforma. En materia de género tampoco ha sido crítico en el sentido de quitar el tema de la igualdad o respeto a las personas. Él plantea mejoras en el currículo.

—Sin embargo, Vexler sí cuestionó el lenguaje con el cual se incorporaba al currículo el concepto de identidad de género.
Hay que trabajar el lenguaje para no generar conmoción en la gente. Se puede aligerar la tensión, pero no son cambios radicales. El enfoque de género se mantiene.

—¿“Trabajar el lenguaje” implica retirar el término ‘identidad de género’?
No necesariamente. La identidad de género es un concepto muy simple: yo me siento mujer no solo por mi sexo, sino porque tengo ciertos comportamientos. Ahora yo puedo usar pantalones o puedo ser primera ministra, cuando antes no podía. Tenemos que enseñar a los chicos y chicas que una mujer tiene las mismas oportunidades y derechos.

—Entonces, ¿a qué se refiere cuando dice, como en una entrevista reciente, que es necesario “reducir la conflictividad con las familias”?
[El concepto de ‘identidad de género’] hay que explicarlo mejor para que las familias, sobre todo las que son más religiosas, no sientan que están intentando hacerle un lavado de cerebro a los niños.

—¿Cómo tomó la cuestionada acción del nuevo titular de Educación ante la ex ministra Martens, durante la ceremonia de transferencia?
Él ya se disculpó. Hay que tener cuidado con los comentarios, pero tampoco podemos volvernos al estilo en el cual los hombres no pueden decir piropos a las mujeres ni nosotras coquetearles. La tolerancia tiene que ser de todos los lados.

—¿Cree que existe una corriente exagerada en ese sentido?
Creo que sí. Rechazo el tema de la violencia contra la mujer y que nos pongan títulos para hacernos la vida más difícil, pero yo no me quejo de que alguna vez nos hagan un comentario halagador. No considero que me estén insultando por eso. Él [Vexler] destacó sus habilidades profesionales y la invitó [a Martens] a seguir colaborando con él. No creo que haya tenido la intención de hacer un acto de agresión.

—Los ministros Idel Vexler, Enrique Mendoza y Fernando D’Alessio son vistos por algunos como cercanos al Apra o Fuerza Popular. ¿En qué sustenta su elección?
El señor Vexler ha sido funcionario público en la época de Paniagua, Toledo y García. Haber sido funcionario público en algún gobierno no te hace miembro de un partido. En el caso del señor Mendoza, que yo sepa no es militante de ninguno y ha sido presidente del Poder Judicial y del Jurado Nacional de Elecciones. Credenciales profesionales tiene del más alto nivel. El señor D’Alessio es un profesional que viene del mundo académico y tampoco es militante. Que digan que están relacionados con algún partido, creo que en ningún caso se da.

—¿La elección de los nuevos ministros fue del presidente o suya?
Hay personas que él planteó, otras que yo planteé y hemos elegido como equipo. No solo ha sido una conversación de los dos. Hubo más personas como el otro vicepresidente [Martín Vizcarra]. Fernando Zavala también porque es un colaborador nuestro.

—La ministra Claudia Cooper es la tercera titular de Economía en el actual gobierno. ¿Esa inestabilidad en el cargo podría afectar la política económica del país?
Ella viene de ser viceministra. Ahí hay un grado de continuidad increíble. El ministerio de Economía es uno en los cuales puede cambiar el ministro pero la estabilidad en el manejo de la institución es muy fuerte.

—Si bien no tiene un impacto en la política, sí podría tenerlo ante el mercado.
Claro, no queremos cambiarla y esperamos verla por mucho tiempo como ministra de Economía. Pero no es que va a haber un cambio de política y eso está claro en el mercado, el cual ha reaccionado muy bien al cambio de Gabinete.

—¿Considera que su Gabinete tiene un perfil más político que el Gabinete Zavala?
Bueno, hay cuatro miembros del Congreso, ¿no? Hemos visto a los cuatro congresistas saber conversar con otras bancadas en muchos espacios y debatir con ellas. Esa combinación de técnicos y políticos ayuda.

—Afirmó hace poco que Fuerza Popular tiene la actitud del “matoncito que comienza a atormentar al buen alumno”. ¿Cree que la reciente crisis política puede constituir un punto de inflexión en la relación con el fujimorismo?
Ambos hemos entendido que tenemos que cambiar esa dinámica. Es dañina para el Ejecutivo y el Legislativo, que tenemos una responsabilidad compartida frente al pueblo. Nos eligieron de la forma en la cual nos eligieron y entendemos perfectamente que hay un control político. Pero también, dentro del ejercicio democrático, hemos usado el instrumento constitucional que estaba a la mano. Hay que pasar la página y seguir adelante con una dinámica diferente, de respeto mutuo y diálogo.

—¿Cuáles serán las diferencias en esa relación Ejecutivo-Congreso?
Empezamos buscando al presidente del Congreso y ya solicité entrevistas con todas las bancadas. No es que no hubiera eso, pero la dinámica se volvió muy complicada. El anterior primer ministro empezó una relación para poner una agenda legislativa conjunta y un diálogo más fluido. Vamos a mejorar esa línea. Y también el hecho de que [cuatro ministros] seamos congresistas nos da ventajas con respecto a Fernando [Zavala]. A él le tocó la parte más dura, que fue el inicio del proceso. A nosotros nos toca una segunda etapa, que ojalá mejore [la relación]. No será un lecho de rosas, pero espero que podamos tener una relación donde las cosas caminen.

—¿Qué la anima a creer que esta vez las cosas sí serán distintas?
Hay que confiar en que todos entendemos nuestra corresponsabilidad ante el pueblo. Hemos usado un instrumento constitucional para pedir la confianza y en ese marco también andaremos nosotros porque queremos lo mejor para nuestra población. De nuestra parte habrá diálogo con todas las fuerzas, pero también esperamos que ellas sigan dando gestos de buena voluntad y diálogo para cumplir los compromisos.

—¿Considera que este Congreso ha sido obstruccionista?
Hubo momentos en los cuales fue muy difícil avanzar. Ministros se pasaban horas declarando en una comisión, en la cual había frases hirientes y no se estaba reflexionando sobre las políticas que proponían. Eso era limitar su trabajo en lugar de que estén en la cancha, como deberían.

—La oposición dice que le ha dado “todas las facilidades” al Gobierno.
Nos dieron los plazos para hacer los decretos legislativos más cortos. Sin embargo, su revisión ha tomado casi nueve meses. En gobiernos anteriores normalmente la revisión era más corta porque se revisaba básicamente su constitucionalidad o si estaba dentro del marco de lo que se había otorgado. Aquí se han cambiado textos y se han visto cosas que han demorado mucho más [el proceso]. Ahora esperamos una mayor agilidad.

—¿Espera menos interpelaciones durante los próximos meses?
Habrá una acción de control político, la cual es totalmente necesaria porque tampoco el Ejecutivo puede andar sin control. Pero esperamos un control bien estructurado, basado en fundamentos o preguntas consistentes. No en la crítica personal.

—¿Eso implicaría menos censuras?
Espero que haya menos censuras.

—¿Contempla hacer una cuestión de confianza ante alguna amenaza de censura que podría poner en riesgo otra política de Estado?
Sí, porque nosotros queremos defender las políticas públicas que el presidente Kuczynski nos ha marcado. Ahora, tenemos la voluntad de que suceda lo contrario: si las diferentes fuerzas políticas quisieran que comentemos o evaluemos algunas iniciativas que ellos tienen, nosotros también tenemos interés en conocerlas. No nos queremos quedar simplemente en las censuras.

—Tras la negativa de la confianza al Gabinete anterior, ciertos congresistas adelantaron que solicitarán una modificación constitucional para establecer si los ministros pueden formar parte de un nuevo Gabinete. ¿Cuál es su posición?
Es cierto que no hay un desarrollo legislativo sobre el tema, pero sería un error. Porque eso es romper el ejercicio y la continuidad de un proyecto de políticas públicas. Rotar y rotar ministros le haría mucho daño no solo al gobierno, le haría daño al país. Sería un daño absurdo a la continuidad del trabajo de cualquier gobierno. Y hay que imaginarse que cualquiera de las otras bancadas va a ser gobierno alguna vez. Sería muy peligroso.

—La aprobación al presidente Kuczynski pasó de 29% a 22% en el último mes, según la encuesta de El Comercio-Ipsos. ¿Cómo revertir ese desgaste de la figura presidencial?
Vamos a impulsar más la inversión pública y a hacer un esfuerzo por comunicar mejor. Los ministros hacen un montón de trabajo; sin embargo, no lo conoce mucha gente. Hay que hacerlos sentir más cerca de la población.

—¿Hay una percepción de ministros de escritorio?
Sí y no. Cuando los ministros estuvieron en el período de desastres naturales, se los vio bien. Comenzaron a conectar con la población. Hay que mantener esa relación. Lo que ha pasado después no lo han estado difundiendo.

—¿Cuáles van a ser las medidas de urgencia para reactivar la economía?
Algunas las vamos a traer al Congreso cuando sea el voto de investidura y otras las estamos llevando a través de la ley del presupuesto. Son medidas importantes en materia tributaria, otras para agilizar la inversión pública y facilitar la inversión privada. Medidas que ayudarán a empujar este crecimiento desde 2.8% esperado este año a 3.8%, como mínimo, para el próximo.

—Dijo que en la bancada oficialista hay quienes coordinan con el Gobierno y otros que “se sientan en el balcón”. Hoy, como primera ministra, ¿se arrepiente de esa frase?
No. Yo converso mucho con mis colegas y siempre les he dicho “una es con guitarra y otra es con cajón [desde el Ejecutivo]”. Quizás no han tenido la experiencia de estar en el sector público. Se trata de entender cómo es la relación entre el Ejecutivo y la bancada, la cual tiene que fluir, pero no puede ser no dejar trabajar al resto.

—¿Cree que miembros de la bancada oficialista, en lugar de hacerle el trabajo más fácil al Gobierno, se lo han hecho más difícil?
Sí, pero ya quedamos en coordinar mucho más.

—En medio de sus discrepancias con Fuerza Popular, a Kenji Fujimori se lo ha visto más cercano al Gobierno durante las últimas semanas. ¿Existe la posibilidad de que se sume en algún momento a la bancada oficialista o al Ejecutivo?
Él ha tenido varios gestos de gentileza que se agradecen, pero nunca hemos hablado de mudanzas de partido ni mucho menos. Él tiene su mundo en su partido. Hay que respetarlo.

—Precisamente el congresista indicó, en una columna publicada en El Comercio, que la libertad de su padre está “cerca”. ¿Respaldaría al presidente Kuczynski si decide indultar a Alberto Fujimori?
La decisión del presidente es potestad de él y yo, como parte de su equipo, siempre respaldaré las opiniones del presidente. Si tiene carácter humanitario, ¿cómo me opondría?

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