Diana Seminario

Con 8.045 fallecidos a causa del y más de 90 días de , podemos decir que la cuarentena ha sido un fracaso. Se han perdido demasiadas vidas y la economía viene sufriendo una de las peores crisis de los últimos cien años. El daño está hecho y solo queda honrar a nuestros muertos y trabajar para sacar adelante a nuestro querido país.

Mira: Reactivación y agenda electoral, por José Carlos Requena

Estamos a menos de un año de las elecciones generales. El 11 de abril del 2021 iremos a las urnas para elegir a nuestras próximas autoridades.

Se ha dicho muchas veces que, en el 2016, la opción estatista y populista fue derrotada por los votos. Con Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski en segunda vuelta, el pueblo le dijo que sí a la continuidad de una economía de libre mercado que ha funcionado en los últimos 30 años sacando de la pobreza a millones de peruanos.

Actualmente, ese modelo viene siendo amenazado desde el propio gobierno. La pandemia no solo ha desnudado las deficiencias de liderazgo desde el Ejecutivo, sino también ha dejado la puerta entreabierta al controlismo desmesurado.

Ante este panorama vale la pena reflexionar con hechos, antes de señalar con el dedo a todo aquello que signifique el concurso de la empresa privada.

Hagamos el ejercicio de preguntarnos de dónde ha salido el dinero con el que se ha socorrido a millones de peruanos. ¿Cómo creen que la caja fiscal afronta los préstamos a las medianas, pequeñas y grandes empresas? La respuesta es sencilla: años de crecimiento económico sostenido que nos han permitido tener un ahorro para afrontar terribles situaciones como la actual.

¿De qué hablamos cuando hablamos de crecimiento económico? De creación de empresa, porque es precisamente la empresa privada la principal generadora de puestos de trabajo. Además, somos nosotros los ciudadanos de a pie los que pagamos impuestos cada vez que compramos un producto.

El 18% del valor de todo aquello que adquirimos y consumimos va directamente a la caja del Estado. El recorte que vemos en nuestra boleta de pago llamado impuesto de quinta categoría (los que tienen la suerte de tener un empleo) también va al fisco, así como el tributo de los ingresos de los profesionales independientes. ¿Se entiende ahora de dónde sale el dinero para pagar bonos y subsidios?

Cuando el presidente Vizcarra afirma que se han hecho “grandes esfuerzos” para pagar los bonos, debería decir más bien que se está echando mano de años de ahorros de todos los peruanos que hemos tributado puntualmente.

Las actuales circunstancias exigen esfuerzos extraordinarios de unidad para enfrentar las improntas populistas y estatistas que querrán imponerse en el 2021. No dudamos que basarán su discurso político en los pobres, pero el modelo que proclaman solo empobrecerá más a aquellos que dicen defender.

Es momento de una verdadera unidad, no la del discurso barato, sino la del compromiso serio. La pandemia pasará, pero sus efectos de muerte y crisis quedarán, por eso es tan importante la elección del próximo año, pues quien gane esos comicios tendrá la enorme responsabilidad de reconstruir un país en ruinas.

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