Del sueño del 2011 a la pesadilla del 2015, por Diana Seminario
Del sueño del 2011 a la pesadilla del 2015, por Diana Seminario
Diana Seminario

El presidente pronunciará mañana su último discurso como mandatario. Siendo su última presentación en el Congreso, solo le queda hacer el recuento de lo que fue su gobierno, pues el próximo año tendremos nuevo presidente o presidenta que deberá marcar las pautas de lo que será su gestión. No pretendemos hacer un balance del gobierno de los Humala-Heredia, sino reflexionar qué ha pasado en estos últimos años.

¿Qué dijo Humala en el Congreso hace cuatro años? El mandatario entonces se autoproclamó un soldado de la democracia y dijo estar decidido a borrar el “rostro de la exclusión y la pobreza en el Perú”. En ese mismo mensaje, describió la situación de un Estado “acechado por la corrupción y el despilfarro, alejado de sus ciudadanos, incapaz de protegerlos de la violencia y la criminalidad. Sueño con un Perú donde la vida no sea un riesgo, donde las ciudades sean espacios seguros donde el ciudadano se encuentre protegido. Para esto necesitamos más Estado, más patria y que la corrupción sea sancionada”. 

Su sueño no se ha cumplido, señor presidente. Los asaltos y crímenes son casos cotidianos, y en Lima estalló una granada de guerra en un circo. Parecería que ese no es asunto suyo. Lejos de estar enfrascados en un debate para buscar alternativas que alivien en algo la grave situación de violencia que nos afecta como sociedad, el presidente y su esposa optan por defenderse de las acusaciones.

En el Perú no se está discutiendo ninguna reforma para dar el salto hacia el desarrollo. Nos pasamos contando los decimales del crecimiento económico, mientras en Puno los niños mueren de frío. Nos enfrascamos en discusiones sobre la ofensa de la cual Heredia supuestamente fue objeto, pero no pensamos qué hacer para –por lo menos– intentar que el próximo Congreso no sea peor que el actual.

En el 2011, Humala inició su mandato fustigando la corrupción. Cuatro años después, Martín Belaunde Lossio, quien fuera uno de sus principales colaboradores, se encuentra en la cárcel, y su esposa Nadine es investigada por el delito de lavado de activos.

El presidente también soñó con desterrar la pobreza del país, pero la pobreza no se elimina con más programas sociales, sino con más trabajo. Ante eso, lamentamos informarle que dos grandes proyectos de inversión como son Conga y Tía María han sido paralizados durante su gestión, y el ruido político y la inestabilidad han sido un factor determinante en la desaceleración económica.

Al final de su discurso en el 2011 hizo esta invocación: “A mis partidarios les pido consecuencia, lealtad, sacrificio, inteligencia y honradez”. Hoy, su bancada termina dividida y diezmada, e incluso quienes se proclaman sus leales seguidores no dudan en lanzar duras críticas a sus correligionarios, como Daniel Abugattás que dijo: “Si me pregunta por Jara o por Urresti, eso me suena como si me propusiera a Cantinflas o a Pinocho”. Hace cuatro años Ollanta Humala soñó con un país muy distinto al que ahora nos está dejando. Quizás su mejor sueño se convirtió en su peor pesadilla.

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