Nadie mejor que Arturo Bullard para compartir las bondades turísticas de Costa Rica, un destino al que, de todas maneras, hay que darle una chance. El reconocido fotógrafo peruano de viajes, además de residente de ese país desde el 2021, es enfático en describir la experiencia que obtendrá quien desde Lima se suba en un avión tres horas y media para vivir algo distinto: “En pocos rincones del mundo, hay una conexión tan profunda y extraordinaria con la naturaleza. Sea que vayas solo, en familia o con los amigos, de Costa Rica solo te vas a llevar hermosos recuerdos”.
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Entre siete y ocho son los días que Arturo recomienda dedicar al periplo. “Se trata de un país chico. Las distancias son cortas, por lo que manejando se pueden visitar varios puntos turísticos. Hay que decir que en Costa Rica hay playas estupendas tanto en el Océano Pacífico como en el Atlántico. Hay volcanes, y pueblos y valles que los circundan, espectaculares. A su vez parques nacionales que albergan especies de flora y fauna increíbles”, explica.
“Yo lo que sugiero a los viajeros es hacer un combo de playas y volcanes. La zona del Pacífico Norte, particularmente la aledaña a la provincia de Guanacaste, es de las más bonitas en cuanto a las primeras”, señala Arturo. Entre las más paradisiacas se cuentan Playa Hermosa, Ocotal, Conchal y Flamingo.
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¿Cuánto cuesta? Dos líneas aéreas vuelan de Lima a San José, capital de Costa Rica: Latam y Volaris. También se puede llegar haciendo escala en Panamá a través de Copa.
Traslados. La bolsa de viaje, sugiere Arturo Bullard, debe ser generosa: “Costa Rica no es un destino barato, pero informándose y programándose uno puede no gastar una fortuna”.
Documentos. No existen vuelos comerciales dentro del país debido a que las distancias entre ciudades son cortas. “Hay que tomar avionetas si es urgente. Pero lo mejor, sugiero, es alquilar un auto para moverse y combatir un poco las deficiencias del sistema de transporte del país”, añade Arturo Bullard.
El volcán más emblemático del país, por otro lado, es el Arenal, ubicado al noroeste del país. Su forma cónica casi perfecta lo hace punto de encuentro de turistas nacionales y extranjeros. Pero también deben tenerse en cuenta en la programación de la visita otros como Poás, Rincón de la Vieja, Orosí y más.
“A los costarricenses se les enseña desde muy pequeños el amor y el cuidado al medioambiente y la biodiversidad de su tierra. De ahí que sean innumerables los sitios por descubrir. En la mayoría de ellos, además, se da espacio para la práctica de deportes de aventura. Hacer canopy allá, por ejemplo, está muy difundido. Hay más de 400 sistemas de cables en todo el país. Asimismo, se puede hacer rafting. Cualquiera sea el plan la van a pasar muy bien”, concluye Bullard. Solo queda hacerle caso. //