Ecoansiedad y solastalgia son dos conceptos relacionados a la ansiedad por el cambio climático y desastres naturales.
Ecoansiedad y solastalgia son dos conceptos relacionados a la ansiedad por el cambio climático y desastres naturales.
/ Volodina
Diana Gonzales Obando

Imagina nacer y encontrar un mundo que está siempre al borde de la destrucción. Ver imágenes cada vez más recurrentes de grandes bloques de hielo desprendiéndose a consecuencia del calentamiento global o ser víctima de escasez de agua, incendios forestales y contaminación de ríos y mares que, a la vez, hacen desaparecer ecosistemas. En las últimas semanas, nuestro país recibió la furia del ciclón Yaku, con altas temperaturas, lluvias torrenciales, huaicos e inundaciones que afectaron a miles de peruanos, y, por si fuera poco, se anunció la eventual llegada del fenómeno de

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Ante estas crisis climáticas, ¿cómo no sentirse desbordado e impotente? En el mundo, muchas personas y las nuevas generaciones están padeciendo ante esta situación un miedo crónico denominado ecoansiedad: “Es un temor provocado al pensar que algo grave nos va a ocurrir en el futuro como consecuencia del cambio climático”, nos explica el médico psiquiatra del Ministerio de Salud (Minsa), Carlos Bromley.

/ Yuri Arcurs peopleimages.com

Pero otro concepto relacionado se suma al de la ecoansiedad y se produce en las personas que, como nuestros compatriotas, viven las consecuencias del impacto de los huaicos e inundaciones costeras. Se trata de la solastalgia: “Es el conjunto de trastornos mentales que se producen en una población tras cambios destructivos en su territorio como consecuencia de actividades climatológicas. La diferencia es que mientras la ecoansiedad es un temor hacia el futuro, la solastalgia se da en personas que ya han padecido o están padeciendo las consecuencias de un desastre natural, que es lo que está pasando ahora mismo en el país”. La ecoansiedad y la solastalgia producen cuadros de ansiedad que se manifiestan con síntomas y signos físicos y mentales como hiperventilación, trastornos del sueño, del apetito y la libido. Los síntomas mentales son angustia o pensamientos recurrentes catastróficos que no se pueden controlar.

Compensar el malestar

Para Bromley, es importante afrontar la ecoansiedad buscando un equilibrio y estabilidad en la vida diaria, practicando actividades de entretenimiento, y compensando el malestar ocasionado con momentos felices en familia y entre amistades. Otra opción recomendada es actuar: “Volverse activista de los movimientos contra el cambio climático. Apostar por un consumo responsable, propiciar el reciclaje, reducir el consumo del plástico, realizar actividades sostenibles como tener un huerto en casa (si es posible) o realizar ‘ploggin’ que es salir a caminar o correr y recoger plásticos del suelo”, recomienda Bromley. En caso tenga impedimento de realizar actividades cotidianas, se debe solicitar la atención de un especialista en salud mental.

/ GESAC > JOEL ALONZO

Del mismo modo, haberlo perdido todo por un desastre natural, como vivienda, animales, chacras e, incluso, la vida de familiares implica un duelo traumático que también requiere del tratamiento de un especialista: “Este es un proceso que comienza con una especie de shock, de negación, como si no estuvieran creyendo lo que está pasando. Después, poco a poco, pasan a tomar conciencia de lo sucedido y se sienten muy angustiados. A veces pierden la vida los familiares y aparece la ansiedad, la depresión y la desesperanza”, comenta el médico psiquiatra.

Es imposible negar el impacto climático en los cambios recientes de nuestra vida diaria. Estar alerta a los síntomas del cuerpo y de la mente será de vital importancia, así como comprometernos a mediar por el cuidado de nuestro planeta.//

Además…

Naturaleza imparable. El ciclón Yaku trajo a su paso por las costas peruanas lluvias torrenciales, aumentos de caudal de ríos y desbordes que arrasaron viviendas y vías de comunicación. A inicios de semana, se reportaron huaicos en Santa Rosa de Quives, en la sierra de Lima, y el desborde de la laguna La Niña que destruyeron parte de la carretera Bayóvar-Chiclayo. Estas son solo algunas de las consecuencias palpables de los efectos en la naturaleza que se suman a un cambio climático irreversible. Estar atentos a nuestra salud mental será de vital importancia para afrontar el futuro

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