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Una instalación cultural recibe a todos los visitantes que llegan desde otros países a Lima. Se trata de la máquina del tiempo del cambio climático, levantada en el hall de llegadas internacionales del aeropuerto Jorge Chávez.
En ese lugar, los usuarios del terminal aéreo pueden viajar en el tiempo e involucrarse con el objetivo de la muestra: generar una mayor conciencia sobre el impacto que los humanos provocamos en el planeta.
La excusa perfecta es la realización en nuestra ciudad de la vigésima cumbre de las Naciones Unidas por el cambio climático (COP 20) a partir del 1 de diciembre.
Se espera que la instalación reciba a los más de 10.000 visitantes que vendrán para la cita internacional, provenientes de 195 países del mundo.
DOS CAMINOS
El viaje se inicia en la independencia del Perú en 1821 y propone a los visitantes dos posibilidades hacia el 2050: el futuro del planeta si la humanidad sigue la tendencia actual de emisiones de gases de efecto invernadero, versus la situación de la Tierra si se toman medidas urgentes para no sobrepasar los 2 °C en la temperatura promedio global.
En esta máquina del tiempo podremos ver datos poco conocidos, como que en 1823 se perforó el primer pozo petrolero en el Perú para la explotación de combustibles fósiles en el suelo nacional.
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Se nos recuerda también la era del guano, de 1845 a 1870. Durante el gobierno de Ramón Castilla, la velocidad de la extracción hizo que el recurso se agote en menos de 40 años.
Se muestra que hechos globales, como la Segunda Guerra Mundial, contribuyeron a la liberación de millones de toneladas de CO2 por la masiva producción de equipos y pertrechos.
ITINERANTE
La estructura está fabricada en cartón de bagazo de caña. Al terminar su ciclo de vida, podrá reciclarse como cualquier otra caja de cartón.
“Esta es nuestra cuarta versión de la instalación. La idea es hacer más de estas instalaciones y difundirlas, durante el año de vigencia de la presidencia peruana de la COP, para explicar esta historia a más gente”, indicó a El Comercio Leopoldo Macera, director creativo de Libélula.
Esta instalación es obra del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Pacífico Seguros, Lima Airport Partners (LAP) y Libélula.