Poco frecuentado por el viajero nacional, pero repleto de historia, cultura y actividades que permiten conocer costumbres ancestrales, dormir en viviendas tradicionales y aprender sobre la forma de vida de sus pobladores. Así es Raqchi, en Cusco. Uno de los destinos peruanos que ha destacado entre los Mejores Pueblos del Mundo en un ranking elaborado por la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Maravilla arqueológica
El pueblo de Raqchi está ubicado a 118 kilómetros de la ciudad de Cusco, en la provincia de Canchis. Para llegar, tomamos la carretera que va hacia Puno y en poco más de dos horas llegamos. El auto transita por una vía asfaltada y solo el tramo final es de trocha.
Antes de estacionar, nos detenemos para dejar pasar a una mujer con su rebaño. El cuadro se complementa con el imponente cielo celeste, repleto de nubes que parecen de algodón y el sol que cae implacable sobre los 3.550 metros de altura. Simplemente ¡espectacular!
Un par de autos, un grupo reducido de turistas y algunos pobladores es todo lo que encontramos en este pueblo al sur de Cusco. Pagamos la entrada (S/20 por adulto y la mitad por estudiante) e ingresamos de inmediato al Complejo Arqueológico de Raqchi, construido en honor al dios Wiracocha. Una construcción única, con una fachada de adobe que alcanza los 15 metros de altura y los 100 metros de largo. Por lo que se le conoce como el Partenón inca.
El Complejo Arqueológico de Raqchi ocupa mil hectáreas y se puede recorrer en un par de horas. Caminamos entre los recintos que sirvieron de viviendas para los antiguos pobladores y cruzamos pasillos con muros de piedra que superan el metro y medio de altura. En aquel momento, más de un centenar de colcas circulares que fueron utilizadas como almacenes y viviendas, estaban siendo intervenidas para restaurarlas.
Turismo vivencial en Raqchi
Pero eso no es lo único por hacer en este destino. Alrededor de 100 familias de Raqchi se han organizado para recibir a los viajeros en sus hogares. Los planes incluyen el alojamiento, la alimentación y el acompañamiento en actividades comunitarias, como la elaboración de cerámica o faenas agrícolas.
En la comunidad de Esther Camino, presidenta de la Asociación Raíces Inka, son 18 las familias involucradas en el turismo vivencial. “Contamos con capacidad para recibir a 85 viajeros. Cada familia tiene 2 o 3 habitaciones simples, dobles y triples. Por la reactivación ofrecemos paquetes con hospedaje, 3 comidas y actividades a un precio de US$ 35 por persona y por noche”, explica Camino.
Su mayor fuente de ingreso es la elaboración de cerámicas con técnicas ancestrales que aún conservan. Para ello, caminan hacia el volcán Kinsachata de donde extraen la tierra volcánica que combinan con la arcilla para elaborar cada pieza. Esta es una de las actividades que puedes elegir al quedarte con las familias. También, proponen recorridos por un tramo del Camino Inca y hacia el mirador Apu Tukaliana.
El reconocimiento de Raqchi como uno de los Mejores Pueblos del Mundo, ha llenado de esperanza a sus pobladores: “Antes de la pandemia, el Complejo Arqueológico de Raqchi recibía alrededor de 600 viajeros diarios. Ahora llegan muy pocos. Esperamos que este título atraiga a más turistas y de esa forma, las familias podamos beneficiarnos y obtener mejores ingresos”, afirma Camino.
- Puedes llegar por tu cuenta. Un taxi cobra unos S/150 por el viaje desde la ciudad de Cusco, ida y vuelta. Los buses que van a Sicuani salen de la avenida Huayruropata. El viaje demora unas 3 horas y los pasajes cuestan entre S/11 y S/13.
- Contacta a Esther Camino para disfrutar de una experiencia vivencial en Raqchi: 984 666-661 / esthergregoriacaminomoron@gmail.com
- En tu visita, usa gorro, bloqueador y lentes de sol. No olvides regresar con tus desechos a casa o utilizar los tachos de basura que encuentres en el recorrido.