Pacientes y en fila, una docena de niños espera en fila, emocionados, su turno de batear con todas sus fuerzas la pelota que cruza el aire gris de Lima, donde el béisbol se ha convertido en un refugio para los niños venezolanos que migraron a Perú y que, tratando de robar base, recuerdan el hogar que dejaron atrás. (Fuente: EFE)