El Humboldt se alista para celebrar 25 años del Perú en la Antártida
En febrero del 2007 el buque de investigación científica (BIC) Humboldt arribó por última vez al Callao, procedente de la Antártida. Desde entonces, suspendió sus actividades para iniciar un proceso de reparación y modernización. Con ello se espera alargar por 20 años más la vida útil de la nave. Si quieres conocer más sobre este interesante tema, sigue leyendo el reportaje de Angela Tejeda Ghiggo.
El BIC Humboldt fue adquirido por el Gobierno Peruano gracias a un convenio con Alemania en 1978, a fin de realizar estudios relacionados con los recursos marinos del Perú. Por ello, estaba preparado para realizar desde diferentes tipos de pesca (arrastre, a media agua y de fondo) hasta investigaciones in situ gracias a sus laboratorios a bordo.
Diez años después, en 1988, se decidió enviarlo a la Antártida y desde entonces ha sido protagonista de las expediciones para los estudios oceanográficos y el traslado de investigadores a la estación científica Machu Picchu, en la isla Rey Jorge, en el continente helado.
El Comercio entrevistó al almirante Germán Vásquez Solís, presidente del Instituto del Mar Peruano (Imarpe), quien informó que el buque se encuentra en el astillero de los Servicios Industriales de la Marina (SIMA), donde es reparado desde hace un año a pedido de su institución.
“La reparación comprende dos etapas: la remotorización de la nave y la modernización de la habitabilidad. La primera parte está por concluir y en mayo se realizarán pruebas en alta mar, bajo la supervisión de un técnico alemán. Paralelamente, se está remodelando la zona habitable y los laboratorios de investigación, que deben quedar listos para octubre”, indicó Vásquez.
Cambios drásticos
Un equipo de este Diario llegó hasta los astilleros del SIMA, en el Callao, y fue conducido hasta el BIC Humboldt. Allí recorrió sus siete cubiertas para ver los trabajos de refacción.
Los cambios principales se han llevado a cabo en la zona inferior. Se ha colocado una hélice de paso variable, un moderno motor de tecnología alemana –que permitirá reducir el consumo de combustible–, dos plantas de ósmosis inversa y una planta de tratamiento de aguas servidas.
El comandante Walter Flores, marino encargado de la nave, resaltó que con el nuevo sistema de hélice de paso variable “se podrá maniobrar mejor el buque, ya que ahora la hélice será la que efectúe los giros y retrocesos”. Antes, ese trabajo lo hacía el eje principal del barco, por lo que tenía que detenerse antes de girar.
“Las plantas de ósmosis inversa sirven para convertir el agua salada del mar en agua potable mediante membranas purificadoras. Producirán diez toneladas de agua al día, en lugar de las dos que antes se obtenían con la máquina evaporadora. Es un gran beneficio para las 108 personas de la tripulación”, señaló.
En una cubierta superior se ha cambiado por completo el piso de acero. En ella, los laboratorios, camarotes, baños, lavandería y cocina son remodelados y reconstruidos con ignífugo, un material resistente al fuego.
Además, también se encuentra en construcción un auditorio en la antigua sala de procesos de pescado.
Otro cambio importante es la sustitución del antiguo radar por un sistema satelital en 3D, ubicado en el puente de comando del buque. Este sistema, valorizado en US$90.000, integra también al GPS y a todos los equipos electrónicos a bordo, de ese modo controla todos los aparatos dentro de la nave. Eso se traduce en una mayor seguridad en la navegación.
Según los planes, el BIC Humboldt estará listo a fines de año, por lo cual se espera que en la quincena de diciembre zarpe una vez más hacia la Antártida y llegue a su destino en enero del 2013, para celebrar los 25 años de presencia peruana en el Continente Blanco.