Francisco Miró Quesada Cantuarias entró ayer a El Comercio por última vez. Lo hizo en brazos de sus familiares y trabajadores de esta casa editora. En el hall del edificio de la tercera cuadra del jirón Santa Rosa, lo esperaban miembros de su familia, las principales autoridades del país, amigos, colaboradores y ex colaboradores de este Diario. Fue recibido con aplausos, que no cesaron hasta que el ataúd donde ya descansaba fue ubicado en el centro del ambiente. Luego, todos guardaron silencio.
► Falleció Francisco Miró Quesada Cantuarias
El presidente de la República, Martín Vizcarra, el primer ministro Salvador del Solar, y la ministra de Educación, Flor Pablo, se acercaron a darle el pésame a la viuda, Doris Rada Jordán, con quien el director general de este Diario estuvo casado por 72 años. También ofrecieron sus condolencias a los hijos y nietos.
El presidente del directorio del Grupo El Comercio, Ignacio Prado García Miró, y el director periodístico del Diario, Juan José Garrido Koechlin, tomaron la palabra y lo recordaron en su faceta de filósofo (y su especial curiosidad por la obra de Kant) y de periodista.
“Hay personas que cuando se van, se llevan consigo una era. Ocurre con personas excepcionales y Paco Miró Quesada es un ejemplo categórico de ello”, dijo Garrido.
Prado añadió que Miró Quesada Cantuarias había heredado un “afán hondo e incesante de convertir El Comercio en un instrumento de educación”. Fruto de eso fue la creación del suplemento El Dominical.
El ex director periodístico de El Comercio Francisco Miró Quesada Rada, hijo del homenajeado, recordó a su padre como un amante de las matemáticas y la lingüística. Su nieta Josefina Miró Quesada lo llamó “mi maestro”.
Dos antiguos geniogramistas ingresaron al edificio también para despedirse de Miró Quesada Cantuarias.
—Irreparable pérdida—
Paco, como lo llamaban sus amigos y familiares, murió la madrugada del 11 de junio a los 100 años. Ese mismo día recibió varios homenajes en la parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación, en Camacho, donde fue velado hasta ayer a las 10:30 a.m.
A esa hora se ofició una misa a la que asistieron políticos y diplomáticos, como el fundador del PPC, Luis Bedoya Reyes.
Terminada la ceremonia, Helena y Josefina Miró Quesada, sus nietas, le dedicaron un par de canciones. A las 11:30 a.m. la carroza partió rumbo a la casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde Miró Quesada Cantuarias se formó y se desempeñó como catedrático. Medio centenar de personas recibieron el féretro. En la entrada había anturios y rosas blancas.
En procesión, se dirigieron al aula donde Raúl Porras Barrenechea solía dictar clases. Una escolta de la institución educativa Francisco Miró Quesada Cantuarias del Callao esperaba a la comitiva.
Allí recibió el homenaje de su alma máter. Orestes Cachay, rector de la universidad, expresó su dolor “por la pérdida de un gran intelectual”.
Se recordó también la amistad que mantuvo el filósofo con José María Arguedas. “Arguedas le dijo una vez: ‘Tienes corazón de oro, hierro y paloma’”, contó Francisco Miró Quesada Westphalen, su nieto.
“Nosotros le decíamos el superabuelo. Cuando me veía, me llenaba con un cargamento de libros sobre las corrientes filosóficas”, agregó.Posteriormente nuestro director general fue llevado a la que fue siempre su casa, la sede central de El Comercio, ubicada entre los jirones Lampa y Santa Rosa.
—La despedida—
A las 3:00 p.m., los familiares más cercanos de Miró Quesada Cantuarias llegaron al cementerio Campo Fe de Huachipa. El cielo no estaba cubierto, como en el Centro de Lima. Bajo una pérgola, un sacerdote leyó el pasaje de la resurrección de Lázaro. La familia se tomó de la mano y rezó una última plegaria.
Su hijo Francisco Miró Quesada Rada depositó una rosa blanca sobre el ataúd. Otros familiares hicieron lo mismo. Luego, se apartaron y el ataúd descendió.
Así se despidió a un ilustre peruano de noble corazón que nació el 21 de diciembre de 1918 y ejerció el periodismo desde muy joven. El primer artículo que publicó en este Diario se tituló “La filosofía de Schopenhauer y los dibujos animados”. Tenía 17 años en aquel entonces.
En 1953 fundó el suplemento El Dominical y escribió para este medio hasta el 2017, cuando tenía 99 años. En diciembre de este año hubiera cumplido 101.
Miró Quesada fue doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue ministro de Educación en el primer gobierno de Fernando Belaunde Terry y durante muchos años se desempeñó como embajador en Francia.
Fue nombrado Caballero de la Legión de Honor, en Francia, y condecorado con la Gran Cruz de la Orden El Sol del Perú.