El convento de San Francisco es una joya arquitectónica, en cuya fachada el barroquismo colonial ha dejado una de sus expresiones más logradas. Postal de 1961. (Archivo Histórico El Comercio)
San Francisco
Lilia Córdova Tábori

El convento de San Francisco es una notable obra arquitectónica que data del siglo XVII. En una época llegó a ser el conjunto más amplio de la arquitectura religiosa en el Nuevo Mundo. El complejo consta de las iglesias de San Francisco, de La Soledad, y del Milagro, con sus respectivos claustros, patios, catacumbas y dependencias. Presenta arquerías y altares que concitan admiración, bellos acabados interiores, en los que participaron talentosos escultores, ebanistas, orfebres y plateros. Además destacan sus murales que muestran a personajes del periodo virreinal.

La UNESCO decidió en la década del 70 hacer un registro de todas aquellas obras humanas o de la naturaleza que por sus excepcionales méritos artísticos o belleza natural debían ser protegidas y preservadas, denominándolas como Patrimonio Cultural o Natural de la Humanidad. Desde aquella época más de 61 ciudades y 312 monumentos arquitectónicos, sitios arqueológicos y parques naturales han conseguido esta distinción.

En el Perú, la UNESCO ha seleccionado a las ciudades del Cusco y Lima, los sitios arqueológicos de Machu Picchu, Chan Chan y Chavín, y los parques nacionales del Manú y del Huascarán. En la categoría patrimonio mixto: natural y arqueológico fueron elegidas las Líneas de Nazca y el río Abiseo en el Pajatén.

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