Retrocedamos a la década de 1920 cuando la aviación estaba en pleno desarrollo y se realizaban los primeros vuelos experimentales. Las fronteras de los países eran atravesadas cada vez con mayor frecuencia. Lo que hoy en día es habitual, en los años de posguerra era todo un acontecimiento de primera plana.
Los ‘raids’ aéreos eran muy populares y El Comercio seguía paso a paso sus incidencias. Gracias a telegramas y gráficos, sus lectores podían saber los entre telones de las novedosas travesías aéreas. Pero el ‘raid’ de los franceses Dieudonné Costes y Joseph Le Brix concitó la atención de los peruanos, pues Lima figuraba como uno de los puntos claves de su hoja de ruta.
La aventura de Costes y Le Brix, piloto y copiloto respectivamente, se inició el 10 de octubre de 1927 cuando despegaron del campo de vuelos Le Bourget, en París, a bordo del pequeño avión Breguet 19 G.R. Nungesser-Coli. Su meta consistía en dar la vuelta al mundo cruzando por primera vez el Oceáno Atlántico Sur hasta llegar a Washington. El avión de Costes y Le Brix era un biplano Breguet militar que llevaba unos 700 kilos entre equipaje y periódicos. Fue bautizado Nungesser-Coli en honor a sus colegas franceses que, en 1927, desaparecieron cuando intentaban unir París con Nueva York.
Antes de iniciar la travesía, los aviadores se colocaron cascos para prevenir una insolación y se abastecieron de vino, café, agua destilada, galletas, sandwiches, plátanos y chocolates. En esta primera parte del viaje, Costes y Le Brix partieron hacia San Luis de Senegal para desde allí partir hacia Río de Janeiro.
El 17 de octubre de 1927 El Comercio informó: “los pilotos franceses Costes y Le Brix llegaron a las 12:39 de la tarde a Río de Janeiro. Tres pilotos brasileños murieron en un accidente ocurrido durante recepción de aquellos”. Su estadía se alargó en Brasil debido a contratiempos climatológicos.
Los argentinos recibieron a Costes y Le Brix en el aeródromo militar El Palomar cerca de la 1 de la tarde del 20 de octubre. “Con sirenas y bombas, Buenos Aires ha festejado la terminación del vuelo de Francia a la Argentina con verdadero entusiasmo”, revelaba el cable de la agencia Associated publicado en la edición de la tarde de aquel día en el decano.
En las siguientes semanas recorrerían Montevideo, Santiago de Chile y La Paz. Mientras tanto el interés de los peruanos crecía día a día, gracias a las noticias cablegráficas publicadas en El Comercio.
Costes y Le Brix anunciaron su viaje de La Paz a Lima para el 28 de diciembre. Pero un desperfecto en el motor obligó a retrasarlo para la mañana siguiente. Mucha gente, que no se enteró de esta noticia, fue en vano hacia el campo de Las Palmas donde aterrizarían.
Al día siguiente las noticias confirmaban que los aviadores franceses habían despegado sin contratiempos hacia Lima.
Esta cobertura fue muy especial para El Comercio porque la ciudadanía pudo vivir el minuto a minuto de la llegada de los aviadores franceses gracias a la inmediatez del telégrafo. Mujeres, hombres y hasta escolares llamaban a la imprenta de este diario para preguntar por la hora de llegada de Costes y Le Brix. Hasta los despachos, que se recibían en las oficinas del telégrafo del Estado, eran también transmitidos por teléfono.
Con los datos que se iban conociendo, los hombres de prensa escribían en las pizarras, ubicadas en los exteriores de la imprenta, la hora aproximada de llegada a Lima y el anuncio del servicio especial de ómnibus a los balnearios. Aviones de la FAP sobrevolaban la ciudad invitando a las personas por medio de volantes para que acudan a las Palmas a las 4:00 pm. Largas caravanas de autos ocasionaron tráfico desde Chorrillos hasta las Palmas.
Mientras tanto más personas enviaban su reporte de haber visto al Nungesser-Coli:
“A las 12:40 pasaron por el puerto de Ilo”.
“A la 1:05 por punta Bombón”.
“Mollendo, 29- Avión pasa 1:10 p.m. Altura 2,500 pies, rumbo norte- H. Gómez Cornejo”. Este telegrama llegó gracias al señor Gómez Cornejo, aviador peruano, que avistó al Nungesser-Coli y depositó rápidamente el mensaje en la oficina de telégrafos de Mollendo a la 1:30 p.m.
“A las 4:40 por Pisco”.
“A las 5:25 sobre Mala”.
Y así cada 10 minutos iban llegando los telegramas que indicaban el avistamiento de Nungesser-Coli hasta que los periodistas destacados en Las Palmas fueron testigos del aterrizaje de los franceses a las 5:43 p.m. Las cientos de personas, entre ellas miembros de la colonia francesa, recibieron con aplausos y gritos a Costes y Le Brix.
En una edición extraordinaria del 29 de diciembre de 1927, El Comercio informó: “los intrépidos pilotos han hecho el vuelo La Paz a Lima en 6 horas y 18 minutos”. Costes y Le Brix, quienes surcaron los Andes hasta nuestras costas sin contratiempos, recibieron homenajes de las autoridades francesas y peruanas.
Corrían los primeros días del Año Nuevo cuando Costes y Le Brix realizaron su primer intento para viajar hacia Guayaquil. Recién la mañana del 10 de enero de 1928 despegaron hacia Ecuador. Aprovechando su gentileza, periodistas del diario enviaron ejemplares de la edición de aquel día a los diarios La Razón y El Telégrafo de Guayaquil.
Con el viento a su favor y acompañados por cuatro naves peruanas, que los escoltaron durante 20 minutos, Costes y Le Brix dejaron Las Palmas rumbo a Ecuador. Su itinerario de viaje los llevaría a Panamá, México y Estados Unidos.
En San Francisco, California, abordaron un barco para cruzar el Océano Pacífico y llegar a Japón donde reanudarían su travesía aérea. Sus siguientes destinos fueron: Indochina francesa, India, Siria francesa y Grecia. El viaje de 138 horas en 187 días terminó en París, Francia un 14 de abril de 1928.