Cuando el irrigador dental llegó como novedad al Perú: fue durante un congreso internacional odontológico en 1971

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Este revolucionario aparato había empezado a utilizarse en Estados Unidos y prometía reemplazar al habitual cepillo dental. Su pequeño depósito de agua y su cánula lograban una mejor limpieza bucal. Además, era fácil y seguro de usar para todas las personas. Tras la demostración, el irrigador dental se empezó a vender en la capital limeña. Esta fue la primera vez que un artefacto odontológico de esta magnitud llegaba en nuestro país.

Primer irrigador dental

Era 1955, cuando dos estadounidenses fundaron la compañía Waterpik: el dentista Gerard Moyer y el ingeniero John Matingli. El primero ideó el dispositivo luego de ver por varios años como sus clientes obtenían beneficios con un procedimiento de irrigación bucal con agua que él mismo les realizaba. Por eso, pasó bastante tiempo trabajando en este aparato. Es así como en 1962 logró patentar su invento.

Esta máquina odontológica estaba compuesta por un pequeño depósito de agua y una boquilla o cánula que generaba un chorro continuo a presión. Esto lograba limpiar las zonas más difíciles de la boca. Además, arrastraba con suavidad los restos de alimentos entre los dientes y encías, y eliminaba la placa bacteriana. Asimismo, era seguro y fácil de usar para cualquier persona.

Llegada al Perú

La mañana del 14 de octubre de 1971, se realizó en nuestro país el Primer Congreso de Odontopediatría del Pacífico. Lima fue la sede del evento. Allí se lució por primera vez este aparato bucal en el Perú. El irrigador dental ya había empezado a utilizarse con fuerza en Estados Unidos. Recién iba a salir a la venta para el mercado latinoamericano.

Durante la demostración, un cronista de El Comercio pudo observar y fotografiar a una mujer utilizando el dispositivo. El reportero describió la función del aparato como “un chorro extraordinario de agua pulsante que enjuaga los tejidos gingivales”. Esta máquina funcionaba con una bomba especialmente diseñada y adherida a un motor. Esto producía la presión de agua o de cualquier solución bucal.

Finalmente, el periodista del diario decano dio más detalles del nuevo irrigador: “Este aparato también traía una boquilla para uso personal, por donde sale el líquido que permite la limpieza bucal. El chorro produce 1,200 vibraciones por minuto”. La incursión de este invento en el mercado latinoamericano intentó reemplazar en algún momento al habitual cepillo dental. Es así como con el pasar de los años fueron saliendo más aparatos odontológicos novedosos como este.

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