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Espíritu paternal de Grau se plasma en epístola entregada al Museo Naval en 1965

Inédito escrito del Héroe de Angamos se sumó a otras reliquias que recuerdan su poderosa dimensión humana.

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El ministro de Marina, contralmirante Luis Ponce Arenas, recibe una de las reliquias donadas al Museo Naval de manos del señor Dionisio Rodolfo Bernal, ex cónsul del Perú en Iquique. (Foto: GEC Archivo Histórico)
El ministro de Marina, contralmirante Luis Ponce Arenas, recibe una de las reliquias donadas al Museo Naval de manos del señor Dionisio Rodolfo Bernal, ex cónsul del Perú en Iquique. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Miguel García

Esta es la historia de una carta autógrafa del Héroe de Angamos, Miguel Grau Seminario, dirigida a su amigo Federico Sotomayor, donde le ofrecía con paternal severidad velar por la seguridad de su hijo, que recién había egresado de la Escuela Naval, y que estaba bajo sus órdenes en calidad de guardiamarina en el legendario monitor “Huáscar”.

Este valioso documento, que tiene como fecha el 4 de setiembre de 1879, y que es prueba de las elevadas cualidades morales y humanas que proyectaba la imagen del gran marino piurano, fue entregada a la Marina de Guerra del Perú por el doctor Pedro Ugarteche y Tizón y por el doctor Alberto Ulloa Sotomayor, nieto del destinatario de la epístola redactada por el almirante Grau.

Este escrito, junto a otros documentos y publicaciones históricas, muchas de ellas “cantos a la gloria inmortal de Grau”, editadas a los pocos meses de la inmolación del héroe en otros países como Bolivia y Argentina, fueron confiadas al Museo Naval del Perú, en una breve pero significativa ceremonia, el 7 de octubre de 1965.

El señor Pedro Ugarteche y Tizón entrega los valiosos documentos históricos al Museo Naval. (Foto: GEC Archivo Histórico)
El señor Pedro Ugarteche y Tizón entrega los valiosos documentos históricos al Museo Naval. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Las epístolas del gran marino peruano se han convertido, con el paso de los años, en un tesoro con un valor particular, pues son un testimonio histórico irrefutable de las cualidades personales del egregio almirante, quien comandó al monitor “Huáscar” hasta perder su vida en él.

El ministro de Marina, contralmirante AP Luis Ponce Arenas, fue el encargado de confiar al Museo Naval las mencionadas reliquias, un día antes de conmemorarse un año más del glorioso Combate de Angamos, fecha especial en que los peruanos rendimos homenaje a Grau y a su monitor.

Asimismo, un “ojo de buey” del buque Independencia, que combatió en la Guerra del Pacífico, fue también donado a la Marina de Guerra del Perú por el señor Dionisio Rodolfo Bernal, ex cónsul de Perú en Iquique, ciudad frente a cuyas costas el blindado peruano naufragó tras encallar mientras daba caza a la nave chilena “Covadonga”, el 21 de mayo de 1879.

El “ojo de buey” es una ventanilla de forma circular que se utilizaba en las barcos y buques, pero que luego también fueron usados en algunos tipos de aviones y hasta en naves espaciales.

El acto oficial al que asistieron Dionisio Rodolfo Bernal y Pedro Ugarteche y Tizón, pues el donante Ulloa Sotomayor envió a un familiar por encontrarse en el extranjero, fue realizado en el salón principal del Museo Naval del Perú, ubicado en el puerto del Callao.

Alberto Ulloa Sotomayor fue un jurista y diplomático peruano, que nació en Lima en 1892. Se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad de San Marcos y regentó la Facultad de Derecho, desempeñándose como docente en derecho marítimo. También fue senador y embajador en Chile.

Su madre fue Octavia Sotomayor Vigil, hija de Federico Sotomayor, el amigo de Grau que pedía por su joven hijo.

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