Una acalorada defensa de Juan Vargas
Cuando las probabilidades numéricas eran un consuelo de tontos en las últimas eliminatorias, lo único que podía hacerme ver un partido del Perú era la promesa de que en la cancha pulularían el grueso pelo negro y los tatuajes de Juan Vargas. El máximo goleador de la churrez futbolística peruana ha sido señalado esta semana como un jugador queno inspira ni respeto ni cariño en la hinchada. Nada más alejado de la realidad. Yo, y mucha(o)s como yo, lo tenemos como el más querido -y deseado- de todos.
Menos canónicamente guapo que su amigo Claudio Pizarro y menos asiduo a la peluquería que Paolo Guerrero, la mezcla de barrio, sudor, agresividad y músculos del ‘Loco’ lo convertían en un oasis sexy en medio del dolor de ser peruano, tanto para el hambre visual como la futbolística.
Sus ‘huevos’ nos permitieron empatar con Argentina allá en la lejana eliminatoria de Sudáfrica 2010 y se convirtieron en el argumento fundamental para que sea titular oficial del once de mis amantes imaginarios. Ese gol lo gritamos todos, lo disfrutamos todos, lo vivimos todos.
No es difícil adivinar que el dueño de una zurda privilegiada es igual de bueno en los tires que en los tiros libres. Y es que si el ‘Loco’ imprime el mismo empuje, técnica, puntería y habilidad de sus mejores momentos a otras lidias más horizontales, debe tener un promedio de 3 goles por encuentro y no los magros 0,1 que ostenta en su carrera futbolística.
Pizarro, en cambio, ni siquiera está en mi lista de convocados. No sé si es el aparente desgano con que ha enfrentado los partidos de las últimas cuatro eliminatorias, pero a mí el rey de los caballos no me mueve ni un pelo.
A diferencia de Vargas que, creo yo, se compra los pleitos también en el césped de las sábanas, Pizarro parece ser de los que se echa boca arriba a esperar que la pelota le llegue bombeadita del cielo para él, certero eso sí, meter el gol de cabeza.
Por eso me duele cuando columnistas como mi profesor ‘Balo’ Sanchez León lo llaman obeso y, casi casi, derrotado. Mi ‘Loco’ ha tenido sus bajones, pero no es un jugador de reemplazo de la liga italiana. Terminó la temporada como capitán de la Fiorentina y ya está, felizmente, en forma nuevamente, alegrando a los hinchas y también a mis ojos.
Hoy, como muchos, lo extrañaré. ¿Y a ustedes, qué jugador peruano les parece el más guapo de todos los tiempos?