Falcao, Negredo, Kranjcar: los guapos que no van al Mundial
Extrañaremos la agresiva belleza de Radamel Falcao durante los 32 días que durará el Mundial. El colombiano privará a su país de tener a uno de los mejores delanteros en el área del mundo, como lo calificó Diego Simeone, y a nosotras nos quitará el gusto de ver su pelo al viento y sus expresiones de rabia/gozo cada vez que mete un gol.
Pero su ausencia no es la única que se hará sentir en las pupilas de las mujeres que desde este jueves viviremos prendidas a los televisores deseando ver mucho fútbol pero también abundantes primeros planos de las maravillas que esconde el deporte rey.
Álvaro Negredo, España
Álvaro Negredo es una bestia. Al menos así le dicen, generando curiosidades y esperanzas a las que nos gusta verlo meter goles con la camiseta celeste del Manchester City, bajo el mando del ingeniero Manuel Pellegrini.
Negredo tiene una quijada con la que podrías romper nueces y una costumbre de besarse los brazos cada vez que hace un gol que hacen que fantaseemos sobre cómo sería sentir su barba cerca de nuestros labios alguna vez.
Pese a su papel en la clasificación al Mundial de la roja -como le dicen a la selección española- la racha negativa de su pierna izquierda en el equipo campeón de la Premier League habría pesado para que el técnico español, Vicente del Bosque, decida privarnos de sus poderosos hombros bajo la camiseta 9 en los encuentros en Brasil.
El pobre Negredo solo se ha besado los brazos una vez este año en un partido contra el Newcastle en enero y ha pasado de favorito para la selección a no estar en la lista de 23 convocados. Sus chalacas y tijeras serán extrañadas.
Niko Kranjcar, Croacia
Como si no fuera suficiente mala suerte que le haya tocado enfrentarse a Brasil en la fase de grupos, Croacia ha perdido a tres de sus hombres más importantes por lesiones a poco de que comience la justa mundialista.
El defensa Ivan Strinic y el centrocampista Ilo Ilicevic serán extrañados por el entrenador Niko Kovac, pero nosotras lloraremos la ausencia de Niko Kranjcar, el sexy centrocampista que no llegará a seducirnos con su mirada al país de la samba por una lesión en la pierna izquierda.
Kranjcar, a sus 29 años, juega en el Queens Park Regent y es, indiscutiblemente, uno de los hombres más guapos del fútbol inglés. Carece de la abrumadora masculinidad de otros jugadores, pero esos ojos y su sonrisa serán una baja lamentable en la selección de los cuadros rojos y blancos.
Seguro no entienden croata, pero estos 4 minutos y 14 segundos son un buen aliciente para empezar a estudiarlo.
Pablo Daniel Osvaldo, Italia
Las mujeres del mundo estamos de luto porque Cesare Prandelli no convocó a los tatuajes, el pelo y la actitud de Pablo Daniel Osvaldo, argentino nacionalizado italiano que llegó a disputar siete partidos de las eliminatorias con la Nazionale y marcó cuatro goles.
La pareja de Mario Balotelli en el ataque de la camiseta azul podría fácilmente dedicarse a cobrar por las miradas femeninas. Si tuviera el dinero, le pagaría porque se siente en mi sala a ver televisión en ropa interior.
A Osvaldo, la testosterona se le escapa por los poros. Tal vez demasiado. Su actitud salvaje no solo se limita a lo que parece que hace en su cama, sino que tiene antecedentes funestos por faltas de conducta en sus clubes. En enero, el Southampton decidió dejar que la Juventus se lo lleve de vuelta a Italia, donde jugaba hasta hace poco en la Roma, debido a que le metió un cabezazo en la cara a su compañero de equipo José Fonte.
Un santo no es, por cierto, pero para mirarlo, está más que perfecto.
Jesús Navas, España
Una lesión en el ligamento de tobillo izquierdo nos ha privado de los especatulares ojos del español Jesús Navas durante la Copa del Mundo. Todo será más oscuro, más gris, sin el rápido extremo que actualmente juega en el Manchester City.
Vicente del Bosque, entrenador español, dijo que se le caía el alma a los pies al verle, después de haber anunciado que la para de un mes y medio por sus dolencias lo obligaba a pensar en otros para el puesto.
España se pierde así la capacidad de desborde y la creatividad agresiva de Navas. Nosotras, nos lo perdemos a él.